De manera sigilosa, pero rápida avanzó el proyecto de ley que reduce la jornada laboral a 40 horas semanales. Este miércoles, la Comisión de Trabajo del Senado votó los últimos artículos que restan y la despachó a la sala del Senado en marzo.
En esta última jornada, la instancia legislativa votó normas de adaptabilidad laboral, que el gobierno incluyó en un nuevo paquete de indicaciones, y que tenía como objetivo lograr la unanimidad de la comisión.
Pero para que pueda contar con los votos de Luciano Cruz Coke (Evópoli); Iván Moreira (UDI) y Rodrigo Galilea (RN), el gobierno se abrió a ingresar unas indicaciones que eran solicitadas por los senadores de Chile Vamos como las jornadas promedio.
En el detalle, lo que se ingresó es la posibilidad de acordar con los trabajador o trabajadora que la jornada ordinaria de 40 horas se cumpla en un promedio de hasta 4 semanas, con un máximo de 45 horas semanales. En caso que el trabajador sea sindicalizado, la empresa deberá contar con acuerdo del sindicato para implementar esta fórmula. De esta manera se quiere relevar la titularidad sindical y que estos temas sean negociados de manera colectiva.
Este es un giro en la visión que tenía el Ejecutivo hasta hace unos meses, puesto que eran contrarios a establecer jornadas promedios, ya que desvirtuaba el espíritu de las 40 horas semanales. Sin embargo, con el propósito de lograr la unanimidad, se ingresó esta propuesta.
Además, se estipula que en caso que el trabajador sea sindicalizado, la empresa deberá contar con acuerdo de la organización representativa de las y los trabajadores, para que así, a través de un acuerdo colectivo entre la empresa y el sindicato, se pueda pactar una jornada semanal de hasta 52 horas, la que solo implicará a los socios.
Las otras indicaciones que fueron revisadas y aprobadas dicen relación con las jornadas laborales para trabajadores del sector transporte: de carga, de pasajeros interprovinciales, de ferrocarriles y de pasajeros rurales. También se ingresó otra que apunta a mantener el rol de la Dirección del Trabajo para entregar autorización en jornadas excepcionales y crear una regla compensatoria por días trabajados. En las indicaciones también se especifican las normas transitorias de: gradualidad y no afectación de la remuneración.
Otra de las innovaciones es la creación de bandas de horario para el inicio y término de jornada para madres, padres y personas cuidadoras de menores de 12 años, y se establece la posibilidad de compensar horas extraordinarias por hasta 5 días de feriado adicional.
Otro de los cambios importantes que ya están aprobados es la gradualidad que será de cinco años: Así, si el proyecto, como lo quiere el gobierno se aprueba en marzo, la reducción a 40 horas se completará en marzo de 2028. Este plazo, para el Ejecutivo es más que suficiente para que las empresas se adapten y así evitar efectos en el empleo.
La reducción de la primera hora será en marzo de 2024 llegando a 44 horas, luego, en marzo de 2026 se llega a 42 horas y en marzo de 2028 a las 40 horas.
“Después de cinco años de tramitación, estamos buscando dar un avance sustantivo con este proyecto de ley que es fundamental para la vida de las y los trabajadores y que impulsa el gobierno del Presidente Boric. La iniciativa tiene como principal objetivo que se mejore la calidad de vida de las personas, con una reducción de jornada, para contribuir a que se genere una mayor cohesión social. Todo ello, considerando la realidad productiva de todos los sectores y aplicándose con gradualidad”, señaló la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara.
En tanto, el subsecretario del Trabajo, Giorgio Boccardo, expresó: “Nos alegra y valoramos enormemente este avance y los acuerdos transversales que hemos logrado. Pues, como Gobierno, a lo largo de toda la tramitación hemos procurado con efectividad preservar el espíritu del proyecto de 40 Horas, de que las y los trabajadores tengan más tiempo de descanso y mejoren la calidad de vida; esto en un marco de responsabilidad económica, considerando que con la gradualidad de la implementación de esta ley prevista a cinco años se resguarde que no haya impactos negativos en las diversas actividades productivas, en los salarios y que las pymes cuenten con el acompañamiento y el apoyo que ameritan. Posicionando así a Chile al nivel de diferentes países que con éxito ya han hecho realidad reducir la jornada laboral”.