Casi la mitad de las empresas a nivel mundial fueron víctimas de algún fraude o delito económico durante los últimos 24 meses.

Así lo revela un estudio realizado por la auditora externa PwC, donde consultó a más de 7.200 compañías de un total de 123 países. De ellos, el 49% declaró haber sufrido algún ilícito de este tipo, superando el 36% que se había registrado en el estudio realizado en 2016.

"Este aumento puede explicarse por una combinación de una creciente conciencia global sobre el fraude, un mayor número de respuestas a las encuestas y una mayor claridad sobre lo que realmente significa 'fraude'", se explica en el documento.

Además, es el nivel más alto desde 2001 hasta la actualidad.

La región en la que se registró la tasa más alta fue África, con 62%, superando el 57% de 2016, seguida de Norteamérica, con 54%, que también subió respecto a la medición anterior (37%). En tanto, América Latina se ubicó en el tercer lugar, con 53%, luego de haber registrado 28% el estudio previo.

La encuesta también reveló un aumento significativo en la proporción de delitos económicos cometidos por actores internos (de 46% en 2016 a 52% en 2018) y un avance dramático en la proporción de esos ilícitos atribuidos a la alta gerencia (de 16% en 2016 a 24 % en 2018).

En efecto, de acuerdo con el estudio, los actores internos son un tercio más propensos que los actores externos a ser los perpetradores de los fraudes más perturbadores.

A ello se suma que el 68% de los que cometen el fraude son "amigos" de la organización: agentes, proveedores y clientes, entre otros, consigna el informe.

"En esta era de escrutinio público sin paralelo, las organizaciones de hoy enfrentan una tormenta perfecta de riesgos relacionados con el fraude: internos, externos, regulatorios y de reputación", advierte PwC.

En ese sentido, enfatiza que es el momento adecuado para que las firmas adopten una mirada más holística sobre el fraude. Una que reconozca la "verdadera amenaza", es decir, no sólo el costo de hacer negocios, sino de una industria en la sombra que puede afectar a cada territorio, a cada sector y a cada función.

De todos modos, el estudio constató que las firmas han ido avanzando en medidas para prevenir y enfrentar estos delitos.

La situación de Chile

Para Héctor Gómez, senior Manager Cybersecurity, de PwC Chile, "a nivel local, hay industrias que están más preocupadas que otras". En esa línea, remarcó que en el área de cibercrimen, la banca y los sectores que dependen de la digitalización en sus procesos han ido avanzando con mayor fuerza que el resto.

Gómez añadió que "Chile está más débil que los países que tienen las mejores prácticas internacionales porque las medidas preventivas que están enfocadas en adelantarse a la ocurrencia de los eventos no están tan asimiladas".

En ese contexto, recomendó pasar de las medidas de protección a las de monitoreo y, posteriormente, madurar hacia las medidas que son preventivas, en cuanto a tecnología y mecanismos organizacionales, entre otros.