En qué condiciones fue elaborado el producto adquirido y con qué materiales son una de las bases del denominado fair trade o Comercio Justo. Pero, ¿qué tanto se preocupamos de este tema los chilenos?
Según el "Primer estudio de caracterización del Comercio Justo en Chile", realizado por Proqualitas Consultores, el 50% de las personas está interesada en conocer el origen y la forma de producción de lo que está comprando. Los adultos entre 36 y 45 años son quienes más se interesan por conocer el origen y forma de fabricación de aquello que consumen.
Además, un 54,8% de los encuestados nunca ha escuchado del comercio justo versus un 45,2% que sí ha oído. En este último grupo, un 16,3% ha escuchado del Comercio Justo pero no sabe lo que significa, mientras que un 12,3% dice conocer el término de forma básica y un 2,7% asegura conocerlo bien.
"La gente está muy dispuesta a privilegiar el comercio justo, porque hoy existe una sensibilidad diferente respecto de lo que se consume. Eso sí falta mayor difusión sobre este tipo de productos, desde las mismas empresas que son parte de este esquema y más y mejores políticas públicas que lo fomenten", señala Gerardo Wijnant, director de Sostenibilidad de Proqualitas.
Otro de los hallazgos más interesantes del sondeo es que un 68,6% de las personas que no conocía el Comercio Justo aseguró que comenzará a preferir sus productos siempre que tengan un precio similar al de los comercios tradicionales, y un 16,3% señaló que los preferirá aunque tenga que pagar precios mayores.
Pese a esto, el estudio reveló que las personas siguen considerando el precio como el factor más importante a la hora de comprar, ya que un 44% de las menciones sitúan el valor de un producto como el elemento más relevante al decidir adquirir o no un artículo, seguido por un 41% que apunta a la calidad.
"Por lo tanto, una forma concreta de incrementar su preferencia, es generando incentivos tributarios o mayores ponderadores en compras públicas, en razón del impacto evidente en toda la cadena de valor y la contribución al bien común de la sociedad, dados los elevados estándares sociales y ambientales de este tipo de productos y las empresas comprometidas", añadió Wijnant.
Más allá de eso, la reputación y la ética, el impacto en el medio ambiente y las condiciones laborales y comerciales de un producto también aparecen como factores que consideran los compradores.
Tendencia global
Para hacerse una idea del impacto que está generando el fair trade a nivel global, un reciente estudio de Fairtrade International indicó que las ventas mundiales de productos que poseen la certificación de "comercio justo" crecieron 8% en 2017, con respecto al año anterior, lo que les permitió superar los €8.000 millones. El cacao, azúcar y café fueron las categorías que más aumentaron durante el año pasado.
En tanto, las comercializaciones de plantas, flores y plátanos se posicionaron como los productos con esta certificación que mayor demanda tuvieron por parte del mercado. "Hay que pregunatrse, qué voy a comprar, para qué y ojalá cuestionarse si tiene una cadena de valor sostenible. ¿Sé de dónde viene ese producto? ¿Estoy seguro de que no está hecho con el sacrificio de alguna persona? Ese tipo de preguntas es la que llama a hacerse el Comercio Justo", agrega el director de Sostenibilidad de Proqualitas.