Desde finales del año pasado, los temores asociados al Covid 19 y sus efectos inmediatos ya no eran la prioridad para los CEO de grandes compañías chilenas en 2022, a diferencia de sus pares a nivel mundial, que aún lo consideraban como el “top one” de los temas que no los dejarían dormir este año. Los máximos ejecutivos locales ya se encontraban preocupados, en primer lugar, por la inflación en aumento, seguida por el declive en la confianza del gobierno y la inestabilidad política global. Los datos son parte del “The Conference Board C-Suite Outlook 2022″, un estudio realizado a nivel global por The Conference Board, que en el caso de Chile considera información aportada por Icare.
Esta es la versión número 23 de esta encuesta en términos mundiales y la tercera en nuestro país. Se realizó entre octubre y noviembre de 2021, con la respuesta de 1.614 ejecutivos de alto nivel (C-Suite), lo que incluye 917 CEO internacionales y 104 en Chile. Se centró principalmente en los puntos de estrés externo que enfrentaban los CEO y su impacto en las estrategias. Además, exploró las opiniones sobre los beneficios y riesgos de los modelos de trabajo híbridos, la inflación y las prioridades relacionadas con los asuntos ambientales, sociales y de gobernanza (ASG).
Con respecto a la inflación, la encuesta reveló que más de la mitad de los CEO en Chile (55%) esperaba que las presiones de aumento de precios duren hasta mediados del 2023 o más allá. Cabe destacar que en el mismo informe del año pasado, este factor estaba en el puesto número 22 de las prioridades, muy lejos del primero de ahora. Al respecto, los resultados arrojaron que el 43% creía que su organización está “bien preparada” para una crisis relacionada con la inflación. “Tengo la percepción que las prioridades del mundo de la empresa de hoy (en Chile) son la violencia e inseguridad, la crisis económica y la incertidumbre derivada del contenido del proyecto constitucional y el resultado del plebiscito. A lo anterior, se suma la delicada situación derivada del conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y los efectos que está teniendo en el precio de alimentos, combustibles e insumos”, explica Paz Ovalle, socia fundadora de Hochschild & Ovalle Partners.
Por su parte, Francisco Errázuriz, presidente del Círculo de Personas y Organización de Icare y gerente general de SKC, cree que es esperable que después de dos años de Covid, “y la muy buena administración de la pandemia que ha sido reconocida internacionalmente, se traduzca en que los desafíos futuros que se originan en la incertidumbre política y económica derivados del proceso constitucional y la realidad internacional sean considerados como más prioritarios. Los países están volviendo a la normalidad y, afortunadamente, dejando atrás esta terrible pandemia y en Chile una nueva Constitución está a punto de ser aprobada o rechazada”.
Las próximas decisiones
El informe mostró una serie de tendencias que, de alguna forma, deberían reflejarse en las decisiones de este y del próximo año en las empresas, preocupaciones que se podrían ver exacerbadas “por las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania a principios de año”, según indicó el documento. El 76% de los consultados dijo que enfrentaba una presión al alza en los precios de los insumos (por ejemplo, materias primas o salarios) debido principalmente a los cuellos de botella de la cadena de suministro, la escasez de mano de obra y la falta de suministro de bienes intermedios. Para hacer frente a esto, los CEO en Chile planeaban acciones de equilibrio que incluyen reducir costos y pasar aumentos a los consumidores y usuarios finales (similar a la estratega de los CEO en Estados Unidos). “Pocos ven el cambio de proveedores como una solución viable, probablemente un reflejo de lo acotado de la oferta de suministros y el tiempo requerido para reconfigurar las cadenas de suministro”, explicó sobre este aspecto el informe en sus páginas.
Llama la atención que en los resultados locales se admitió una falta de preparación para posibles shocks y crisis futuras. Menos del 50% de los CEO en Chile sostuvo que sus organizaciones están bien preparadas para enfrentar los desafíos planteados por posibles crisis futuras relacionadas con la ciberseguridad, las interrupciones de la cadena de suministro, la inflación, una recesión económica, los disturbios civiles o el cambio climático. “Efectivamente, en los últimos dos años ha habido un cambio significativo en la forma de gestionar las empresas en Chile. Las razones son evidentes: la mayor parte de ellas ha debido adaptarse a condiciones límite en materia de seguridad, trabajo a distancia e interrupciones en la cadena de suministros. Si uno analiza esta conclusión, se confirma que existe incertidumbre y que esta afecta no solo lo regulatorio, si no que se extiende a otros ámbitos de la gestión”, opina Ovalle.
A nivel global, esa tendencia es similar. Según el estudio, esto puede dar origen a preguntas entre los grupos de interés (stakeholders), en especial los inversionistas, sobre la resiliencia de algunas organizaciones.
Para Errázuriz, el concepto clave está en restituir las confianzas y las certezas. “Toda la comunidad económica pide claridad en las reglas del juego y concluir, a la brevedad, este compás de espera en que se encuentra el país. Estimo que lo que Chile necesita es un shock de inversión urgente, que genere un ciclo virtuoso de actividad, empleo y recursos fiscales. Sin embargo, los anuncios de incremento de impuestos, la reducción de jornada laboral y el impuesto al patrimonio apuntan en un sentido contrario al objetivo de recuperar la inversión”, concluye el presidente del Círculo de Personas y Organización de Icare.