En etapa de definiciones se encuentra el plan que elabora el gobierno para hacer frente a la crisis del coronavirus. Por tres áreas: Economía, Trabajo y Hacienda, siendo esta última quien está mandatada para definir el paquete de medidas que el gobierno anunciará dentro de los próximos días. Este miércoles hubo distintos tipos de intercambio de opiniones entre las secretarias de Estado. Si bien todavía no está cerrado, sí se tiene claridad del marco de acción. Y se espera que antes del viernes se tenga alguna propuesta concreta.

Por el lado de Hacienda, se siguen viendo las medidas tributarias y propuestas de liquidez, mientras que en Economía se trabaja en un plan “potente” para pequeñas y medianas empresas. Mientras que por Trabajo, junto con potenciar el proyecto de protección al empleo, se analiza otro tipo de subsidios directos para contener el desempleo, factor que amenaza fuertemente, considerando la paralización que sufrirán varias empresas de distinto tamaño. Además, se está analizando cómo el seguro de cesantía puede ayudar en estos tiempos de crisis.

Los expertos concuerdan en que el gobierno no tiene mucha más alternativa que echar mano al gasto público y, por ende, debe “olvidarse” de la regla fiscal y principalmente del déficit fiscal efectivo. Así por lo menos lo señaló el expresidente del Banco Central, Vittorio Corbo, quien afirmó en Duna que “Chile tiene todavía un nivel de deuda (baja), por lo que tenemos espacios. El déficit fiscal efectivo va a subir igual, las metas y estimaciones que hizo Hacienda están obsoletas. Hoy hay que distribuir gastos”.

Para el economista, es mucho más importante y trascendental que “el aparato productivo siga funcionando, para que cuando la epidemia se controle, se pueda echar a andar la máquina. Habrá más gasto público, pero es una cosa temporal. Hay que mantener el aparato productivo para echar a andar la producción después. Tiene que haber subsidios estatales”.

Para Corbo, las medidas del Ejecutivo deben incluir lo que han hecho otros países, como EEUU o Francia, que “es postergar el pago de impuestos, acelerar pagos del Estado con proveedores. Eso hace Australia y es una medida directa que va a la vena. No me preocuparía del déficit fiscal, ya que es transitorio”.

Andrea Repetto, académica de la Universidad Adolfo Ibáñez y expresidenta del Consejo Fiscal Asesor (CFA), sostuvo que “la regla fue creada para enfrentar los vaivenes normales de la economía. Esta es una situación muy excepcional, que amerita una intervención fiscal muy activa. Una vez superada las circunstancias actuales, habrá que discutir cómo se vuelve, y con qué velocidad, a la regla y a la convergencia”.

En ese contexto, indicó que “el plan debe incluir lo monetario, acciones que el Banco Central ya ha tomado. En lo fiscal, hay que evitar que las empresas despidan a sus trabajadores y que las familias se queden sin ingresos. Ello requiere de una atención especial a quienes trabajan por cuenta propia, un grupo relevante en el país”.

Para Repetto, “en esta estrategia de aliviar la carga económica de la pandemia también debe jugar un rol la banca y los diversos intermediarios. Imagino que la CMF está trabajando en ello”.

Rodrigo Aravena, economista jefe de Banco de Chile, afirmó que “esta crisis podría incluso ser peor que la de 2008, entre otras cosas, porque genera mucha más incertidumbre, excede el ámbito financiero y las autoridades de las principales economías tienen menos espacio para aplicar políticas expansivas”. En ese sentido, el economista añadió que “en Chile, la herramienta monetaria se estaría agotando y que, por ello, se debe romper transitoriamente la regla fiscal, actuando con flexibilidad en el gasto público”.

El economista aseveró además que “el gobierno debe olvidarse del déficit fiscal efectivo de este año para hacer frente a la crisis, y con ello evitar que pueda haber un daño más profundo a la actividad. Es un buen momento para hacerlo”. Y puntualizó que “en la crisis subprime aprendimos que la velocidad con que reaccionaron las autoridades fue clave para la recuperación”.

El Senado aprobó este miércoles el proyecto de ley de teletrabajo. La iniciativa, que contó con 31 votos a favor, 1 en contra y 2 abstenciones, debe pasar a su tercer trámite en la Cámara de Diputados para analizar los cambios que se le introdujeron en esta instancia. El proyecto tiene como objetivo entregar un marco de regulación para el trabajo a distancia y de esa manera fomentar este tipo de vínculos.

Los trabajadores podrán pactar por escrito con el empleador, al inicio o durante la vigencia de la relación laboral, que la prestación de los servicios bajo dependencia y subordinación se realice fuera de las instalaciones de la empresa.