En el escenario mundial de alzas de los precios de alimentos, la guerra entre Ucrania y Rusia y la pospandemia, se plantean nuevos desafíos con respecto, principalmente, a la dependencia energética entre países, la resiliencia ambiental, la conectividad y la necesidad de combustibles, temas que serían los ejes de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, o COP27, que se realizará en Egipto del 7 al 18 de noviembre.
Este encuentro se realizará en la ciudad costera de Sharm el Sheij, a orillas del mar Rojo, un lugar turístico que albergará a la comunidad mundial para abordar el cambio climático.
Para la directora ejecutiva de Red Pacto Global Chile (ONU), Margarita Ducci, la Conferencia debería ir por la línea de cómo solucionar la interdependencia energética, siendo necesario “lograr que tanto las grandes potencias como los países menos desarrollados comprendan que el tema de energías renovables es impostergable, para lo cual se debe impulsar su desarrollo, reducir las emisiones, gestionar el agua e invertir en innovación. De otro modo, no hay esperanzas de superar el impacto de la crisis climática”.
Aunque los temas de la conferencia no están definidos desde la presidencia de Egipto, Gonzalo Muñoz, fundador de TriCiclos y ex High-Level Climate Action Champion de la COP25, cree que para efecto de la acción climática sería importante “fortalecer y escalar los temas de resiliencia a nivel global y la acción climática en finanzas, cómo se moviliza el capital a los mercados emergentes, cómo se desarrollan las políticas públicas en objetivos de cero emisiones netas y los financiamientos en resiliencia y naturaleza”.
Para el especialista, se hace muy importante sostener los acuerdos que ya existen a nivel global y cómo se acelera el cumplimiento de estos compromisos, particularmente de aquí al 2030.
Muñoz agrega que en la próxima COP27 “habría un foco muy importante en accountability, en credibilidad, en demostrar avances y seriedad en los compromisos que se han tomado en los últimos dos a tres años, principalmente, en la implementación del Artículo 6 (sobre el mercado de carbono) y cómo se construye la credibilidad y confianza en estas materias”.
Por su lado, Marcelo Mena, exministro del Medio Ambiente en el gobierno de Michelle Bachelet y actual CEO de Global Methane Hub, concuerda con esta mirada y agrega que también es una invitación a ser ambiciosos. “Muchos de los compromisos climáticos del mundo tienen que ver con las cosas que se entienden con mayor fuerza, como el sector energético, industrial o el transporte, pero poco se ha mirado lo que se puede lograr con la reducción de contaminantes como el metano, que tienen un tremendo efecto invernadero en el corto plazo, lo que obliga a mirar a sectores como la agricultura, la extracción de combustibles fósiles y los residuos sólidos, lo que se puede aterrizar con ambición sin tener que hacer análisis muy distintos a los que ya existen”.
Mientras se definen los temas más políticos de la conferencia, según los expertos, este encuentro será también una oportunidad para examinar las repercusiones del cambio climático en África, así como en el Medio Oriente, donde se realizará el 2023 la COP28 (Emiratos Árabes).
Chile con sello de verde
A nivel local, los consultados coinciden en que Chile tiene mucho que decir en el encuentro de noviembre en Egipto, por todos los avances que ha tenido con la Ley de Marco Climático y el compromiso del “Gobierno Ecologista”, -como ha declarado el Presidente Boric-.
Nuestro país debería, entonces, continuar en la línea que apostó durante la presidencia de la COP 25 -que no se realizó producto de la pandemia-, donde hubo un fuerte impulso en materia medioambiental, la estrategia climática de largo plazo, la planificación y acuerdos para el proceso de descarbonización y las NDC (Contribuciones Nacionales Determinadas). “Chile llegará a Egipto mostrando avances de gobernanza en materia medioambiental, así como también, acciones en el proceso de descarbonización, generación de energías renovables, electromovilidad y reducción de emisiones, debido al compromiso creciente del sector productivo y de una mayor sensibilización de la ciudadanía”, comenta Ducci.
Gonzalo Muñoz coincide en esos puntos: “Creo que Chile tiene una ruta bastante clara, un programa de acción con distintas líneas de trabajo, fuentes renovables, electromovilidad, hidrógeno verde, humedales, trabajo en conservación de suelos, calidad de aire y calefacción son algunos temas que se están trabajando”.
Ante las acciones del país por reducir los gases de efecto invernadero, el exministro Mena sintoniza con la idea de que Chile mostrará al mundo la implementación de la ley de cambio climático: “Tener presupuesto climático, que se rindan cuentas en el Congreso, que haya medidas de planes de adaptaciones locales y quizás, lo más atractivo, es que se tenga transparencia en el consejo de ministros y que las empresas declaren sus riesgos climáticos”.