La tasa de ahorro de los hogares se ha mantenido relativamente estable, en torno a 10% de su ingreso disponible, siendo virtualmente igual a la mediana observada en los países OCDE (10,2%), según un informe dado a conocer este lunes por la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif).
Sin embargo, la mayor parte de dicho ahorro (88%) corresponde a ahorro previsional, el que, por definición, se invierte en un horizonte de largo plazo, señala el informe.
En este sentido, añade, si bien el ahorro agregado de los hogares chilenos no es bajo en el contexto internacional, es predominantemente de naturaleza previsional. Por consiguiente, la mayor parte del ahorro acumulado, en el corto plazo no se encuentra a disposición de los hogares para hacer frente a gastos inesperados o para absorber eventuales shocks adversos, lo que puede resultar en una mayor vulnerabilidad financiera.
La práctica del ahorro en la población chilena es baja en el contexto internacional Esto, a pesar de que ha aumentado en los últimos años. Según la reciente encuesta de inclusión financiera del Banco Mundial Global Findex 2017, la proporción de personas mayores de 15 años que dice haber ahorrado personalmente durante los doce meses previos a la entrevista de 2013 alcanza 49%, cifra claramente superior al 36% registrado en la encuesta de 2014.
A nivel internacional, Chile es uno de los cinco países con mayor aumento del porcentaje de personas que ahorra entre un total de 133 países desarrollados y emergentes presentes en ambas versiones de la mencionada encuesta. No obstante, el indicador para Chile (49%) aún es relativamente bajo en comparación con los países de alto ingreso, donde la proporción de quienes ahorran personalmente alcanza 71% en promedio.
Estas cifras sugieren que en Chile el ahorro de las personas se encuentra concentrado en solo una parte de la sociedad, mientras que la mitad de la población adulta no practica ningún tipo de ahorro de forma personal. Si bien el hábito del ahorro exhibe un aumento transversal entre el 2014 y 2017 a través de todos los segmentos de la población, tiende a crecer con el nivel de ingresos y con la educación de las personas, es mayor en personas económicamente activas y en hombres, mientras que no hay diferencia relevante por edad, indica el informe.
El ahorro de las personas puede ser canalizado a través de una institución formal o a través de otros métodos, como el ahorro en efectivo en casa. Según la encuesta del Banco Mundial, en Chile la proporción de personas mayores de 15 años que responde haber ahorrado dinero personalmente mediante una cuenta bancaria o de otra institución financiera formal durante el año anterior subió de 15% a 21% en el lapso de tres años.
Este último dato es similar al promedio de ahorro formal en economías en desarrollo, pero inferior al 55% reportado por las economías de altos ingresos. Entre las instituciones formales, la banca es la más relevante para canalizar el ahorro de las personas. De acuerdo a una encuesta realizada por Coopeuch a personas pertenecientes a los estratos socioeconómicos C2 y C3, del total de personas que declara ahorrar a través de instituciones financieras, el 76% lo realiza en bancos, seguidos por cooperativas de ahorro y crédito (16%) y AFPs (10%). Por su parte, entre los mecanismos usados predominan las cuentas de ahorro (52% de las respuestas), fondos mutuos (18%) y cuentas corrientes (18%).
Estas cifras son coherentes con el elevado número de depósitos a plazo y de cuentas de ahorro administradas por el sistema bancario, que a diciembre de 2017 superaban 21 millones de unidades. Sin embargo, más allá de la tenencia de productos también se debe considerar la intensidad de uso.
De acuerdo a estadísticas de la Sbif, una proporción significativa de quienes mantienen productos de ahorro no desarrollan prácticas activas, así por ejemplo, un 50% de los tenedores de cuentas de ahorro presenta saldos inferiores a $21 mil y un 20% de los productos de ahorro bancarios y de cooperativas presenta un saldo cero.
Lo anterior enfatiza la necesidad de seguir reforzando la cultura de ahorro en los hogares chilenos, a través de la educación financiera y del esfuerzo conjunto de diversos actores.