Los recién nacidos también son víctimas. El abuso de opiáceos por mujeres embarazadas está empeorando en Estados Unidos. Vermont, Virginia Occidental y Kentucky muestran las concentraciones más altas.
La prevalencia del "trastorno por consumo de opioides" ha aumentado más de cuatro veces desde los 1,5 por cada 1.000 nacimientos hospitalarios en 1999 a 6,5 por 1.000 nacimientos en 2014, de acuerdo con el informe semanal de morbilidad y mortalidad publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés). El análisis se basa en estadísticas de 30 estados y el Distrito de Columbia.
La tendencia mostró una marcada aceleración entre 2009 y 2014.
"El uso de opiáceos por mujeres embarazadas representa un problema de salud pública importante dada la asociación de la exposición a los opiáceos y los resultados adversos maternos y neonatales, incluido el parto prematuro, la muerte fetal, el síndrome de abstinencia neonatal y la mortalidad materna", dijo el CDC.