Académico de la Universidad de California, Berkeley: "El riesgo de una corrección financiera severa está aumentando"

Barry Eichengreen, académico de la Universidad de California, Berkeley.
Barry Eichengreen, académico de la Universidad de California, Berkeley.

Barry Eichengreen señaló que la guerra comercial tomará su tiempo en manifestarse, pero infrinjirá un daño a la economía estadounidense. No se siente optimista respecto a un pronto acuerdo, considerando que las tensiones escalan a todo nivel.


Barry Eichengreen está muy preocupado por el curso que ha tomado la guerra comercial y sus efectos tanto en los mercados como en la economía. Desde Asia, el economista de la Universidad de California, Berkeley, alerta sobre la confrontación entre China y Estados Unidos que, a su juicio, está tomando dimensiones que van mucho más allá de un asunto comercial, para transformarse en una confrontación entre sistemas.

En conversación con PULSO, reconoce que su visión es pesimista y se basa en buena medida en su percepción sobre las acciones de Donald Trump, que en su opinión, usa tanto a China como a la Reserva Federal para librarse de sus propias responsabilidades. En ese marco, comprende las represalias que toma Beijing, frente a la constante arremetida arancelaria de Estados Unidos.

¿Son los mercados vulnerables a un corrección severa en medio de la incertidumbre comercial?

-Nadie puede decirlo. Pero está claro que por el aumento de la volatilidad el riesgo de una corrección financiera severa está aumentando. Los aranceles, como la política monetaria, demoran de 12 a 18 meses hasta que sus efectos agregados, es decir, los macroeconómicos, se hagan evidentes. Creo que estamos empezando a ver esos efectos ahora.

¿A qué se refiere, considerando que la economía estadounidense ha seguido sorprendiendo de manera positiva?

-Todo lo que podemos decir es que la economía de Estados Unidos es vulnerable. Lo que no podemos llegar a especificar es cuándo podría ocurrir la recesión inducida por el conflicto comercial y los aranceles. Podría ser en 2019, en 2020 o en 2021. Trump, evidentemente, está apostando porque tenga lugar después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

¿Cuál es la desaceleración que China puede soportar para mantener los objetivos de bienestar comprometidos con el pueblo chino?

-Creo que el crecimiento chino en 2019 vendrá ligeramente por encima de 6%, en 6,1% o 6,2%. En ausencia de una resolución de la guerra comercial, probablemente disminuirá en 25 puntos básicos el próximo año, a 5,8% o 5,9%, lo que puede resultar decepcionante, pero no desastroso.

Después de eso, nadie sabe lo que podría ocurrir, porque ninguno de nosotros, ni siquiera los economistas, contamos con una bola de cristal.

En Estados Unidos había un descontento general con el comercio chino. ¿Cree que las causas originales de esta confrontación son legítimas?

-Creo que EEUU y otros países tienen algunas quejas legítimas con China, sobre sus políticas de transferencia forzada de tecnología y derechos de propiedad intelectual. El problema es que la administración de Donald Trump los ha agrupado con una serie de cuestiones espurias, por ejemplo, no tiene sentido sobre la balanza comercial bilateral. Además, ha tratado de negociar con China uno a uno en lugar de construir una coalición con otros países en la región del Pacífico y en Europa.

¿La reciente escalada se trata más de los intereses de Trump que de EEUU?

-Cuando las cosas van mal, Trump busca a alguien a quien culpar en lugar de a sí mismo. En esa dinámica, la Fed y China son objetivos obvios.

China ha tomado represalias por cada acción de Estados Unidos. ¿Podrían haber optado por otro enfoque ante las provocaciones de Trump?

-China es un país orgulloso y puede permitirse resistir la presión de los Estados Unidos. Por lo tanto, tomará medidas adicionales en respuesta a los últimos aranceles de Trump, reduciendo las importaciones agrícolas de los Estados Unidos y dificultando, de varias maneras, que las empresas estadounidenses hagan negocios en su país.

Desde diciembre del año pasado, diferentes personas, economistas, autoridades, analistas de mercado, han dicho al menos una vez que el final del conflicto está cerca. En este punto, ¿se siente optimista?

-No. De hecho, me preocupa que ahora el conflicto se vea como una batalla de sistemas, un conflicto geopolítico con implicaciones de seguridad nacional, en lugar de simplemente un conflicto comercial, de ser así será mucho más difícil de resolver.

Me siento pesimista. Desearía que fuera de otra manera, pero es lo que es.

¿Entonces ve posibilidades de una escalada aún mayor del conflicto?

-Creo que ya estamos viendo cómo el conflicto se intensifica, en el ámbito financiero, en el ámbito de los negocios y en el ámbito de la seguridad, con perspectivas de disminución de la cooperación entre Estados Unidos y China respecto a Corea del Norte.

¿Está China manipulando su moneda?

-No. No en un sentido económico y no de acuerdo con los propios criterios del Tesoro de Estados Unidos.

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