Para el académico de la UAI, Rodrigo Wagner, hay espacio para un repunte económico, pero si se encauza el orden público y se dan garantías para la inversión.
¿Cómo evalúa el Imacec?
-No es tan sorprendente este Imacec, dada la paralización. Nuestros cálculos son que cada feriado extra significa en términos de actividad cerca de 0,5 punto. Si tomamos en cuenta los días afectados en octubre por la crisis, son 9 días laborales, más 4 fines de semana muy débiles. Esa multiplicación nos da entre 5% y 6% menos Imacec que lo que ocurriría en un escenario sin crisis. Además, la base de comparación con octubre de 2018 es algo más exigente (4,4%).
¿Hay riesgo de recesión?
-Sí. Un trimestre oct-dic 2019 negativo es bastante esperable. Otro trimestre con contracción en enero-marzo 2020 también es posible si la situación de convivencia pública no se normaliza, o si se meten muchos proyectos al congelador por incertidumbre o por falta de ancho de banda organizacional. Pero no nos perdamos. Lo clave no es si hay un par de trimestres en rojo, sino que trayectoria futura.
¿Qué proyecta para 2020?
-El impacto en el próximo año y los subsiguientes dependerá de cómo se vaya resolviendo la crisis. En ese contexto, las proyecciones para el próximo año las veo con dos escenarios bien distintos. Por un lado, si se encauza el orden público, y podemos dar señales a la inversión de que seguimos en un país que da garantías, puede haber un rebote. El otro escenario no es de colapso, pero sí de una ralentización de la actividad a un "nuevo normal" que duraría hasta que tengamos más claridad del futuro.
¿Claridad sobre la inversión?
-Sí. Por ejemplo, si el proceso constitucional empieza con peticiones absurdas que no se puedan financiar o que sean incompatibles con la inversión productiva, entonces vamos a estar en problemas. Como país también tenemos que invertir en darle viabilidad política a los aumentos de costos de servicios básicos futuros. Por ejemplo, a través de subsidios específicos a los más necesitados, como en EEUU.
¿Con más gasto en lo social?
-El gasto fiscal en Chile es más o menos $250 mil por chileno al mes. Esto en algún momento tiene que priorizarse, porque ni siquiera cobrando todos los impuestos en la lista podemos financiar todas las demandas que se ven estos días. Analistas de primer nivel han dicho que podríamos transitoriamente endeudarnos más o usar ahorros. Claro. Pero acá no está definido el proyecto. La clave incluye ser capaz de priorizar.