Las acciones de China Evergrande se desplomaron hasta un 24% este lunes, después de que el asediado promotor dijo que no podía emitir nueva deuda debido a una investigación en curso sobre una de sus filiales, lo que asesta un nuevo golpe a sus planes de reestructuración.
“En vista de que Hengda Real Estate Group Co Ltd, una de las principales filiales de la empresa, está siendo investigada, el grupo no puede cumplir los requisitos para la emisión de nuevos bonos en las circunstancias actuales”, dijo Evergrande en un comunicado a última hora del domingo.
En agosto, Hengda Real Estate dijo que estaba siendo investigada por el regulador de valores de China por sospechas de violación en la divulgación de información.
Este hecho abre un nuevo frente para la empresa más endeudada del mundo, justo una semana después de que la policía detuvo a algunos empleados de su unidad de gestión de patrimonios, lo que provocó el desplome de sus acciones y aumentó la presión sobre los planes de reestructuración de Evergrande.
Las acciones de Evergrande, que tiene más de US$300.000 millones en pasivos, llegaron a caer hasta un 23,6% a us$0,42 dólares de Hong Kong, para luego cerrar con un retroceso de 21,82%.
Aprobación de acreedores
A principios de este mes, Evergrande dijo que había retrasado la toma de una decisión sobre la reestructuración de su deuda en el extranjero de septiembre al mes que viene para dar más tiempo a los tenedores de su deuda a considerar su propuesta.
Evergrande necesita la aprobación de más del 75% de los tenedores de cada clase de deuda para aprobar el plan, que ofrece a los acreedores una cesta de opciones para canjear deuda por nuevos bonos e instrumentos vinculados a acciones respaldados por sus acciones y las de sus unidades cotizadas en Hong Kong.
Promotores prominentes como Country Garden Holdings siguen al borde del impago, lo que mantiene deprimido el ánimo de los compradores de viviendas y ha llevado a Pekín a aplicar una serie de medidas para apuntalar el sector y estimular la demanda inmobiliaria.
La crisis del sector inmobiliario, que representa aproximadamente una cuarta parte de la segunda mayor economía del mundo, ha conmocionado a los mercados mundiales, y las medidas de Pekín para apuntalar la industria parecen haber tenido escaso impacto hasta ahora.
A finales de agosto, la superficie total de viviendas sin vender ascendía a 648 millones de metros cuadrados, según los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).