Como nunca antes, 2019 se está consolidando como el año del #MeToo de las economistas, en que particularmente desde Estados Unidos –el epicentro de las universidades que lideran en esta disciplina junto con Reino Unido- se ha destapado la generalizada discriminación que afecta a las mujeres en ese campo.
Luego de que el tema dominara la conferencia anual de la American Economics Association (AEA) en enero en Atlanta –en que las miradas se posaron también en un trabajo que reveló que los universitarios chilenos se vuelven más sexistas después de estudiar economía-, ahora The Economist reveló los resultados de una encuesta enfocada dada a conocer la semana pasada.
Según el estudio realizado por la AEA entre sus miembros sobre "clima profesional", hubo mucha evidencia de acoso y discriminación.
"Más de 9,000 economistas, o el 20% de los elegibles, completaron la encuesta. Solo dos quintos de los encuestados informaron que se sentían "valorados dentro de ... la economía". Pero las mujeres y los no blancos tendían a sentirse peor. Es más probable que denuncien un trato injusto cuando buscan un trabajo académico y en salarios y ascensos. Casi la mitad de las mujeres reportaron haber experimentado discriminación basada en su sexo", indicó The Economist.
"Cientos reportaron experiencias de intento o ataque sexual real por parte de un colega o estudiante en los últimos diez años. Y 267 informaron que habrían sido recompensadas si hubieran cooperado con atención sexual no deseada, o si hubieran sido amenazadas con represalias si no lo hubieran hecho", agregó.
The Economist indicó que, como cualquier profesión, la economía es jerárquica y una queja formal contra alguien que tiene un rango más arriba invita a represalias o crecen las posibilidades de que una investigación o un ascenso en las universidades puedan ser destruida.
"Algunos han acusado a los economistas de ser lentos para abordar la discriminación en su profesión debido a su convicción de que las fuerzas del mercado lo expulsarían. "Fue más como una negligencia benigna", dice Ben Bernanke, ex jefe de la Reserva Federal y presidente de la AEA. "Nadie dijo que deberíamos evitar que las mujeres se conviertan en economistas. Pero no hubo muchas personas que dijeran que deberíamos tomar medidas afirmativas para hacerlo más accesible para una gama más amplia de personas", indicó The Economist.
"Ahora la AEA está tomando acción. Bernanke, Olivier Blanchard (su antecesor como presidente) y Janet Yellen (su sucesora y ex jefa de la Fed) anunciaron varias medidas con los resultados de la encuesta", añadió. "Esto equivale a reconocer que, aunque a los economistas les guste creer que su profesión es una meritocracia, en la que los mejores ascienden a la cima, la realidad es mucho más turbia. Como están las cosas, el buen trabajo puede ser aplastado junto con el mal. Y el cambio, si nada más, haría a muchos economistas más felices".