La actividad fabril en China se expandió de manera inesperada en marzo tras contraerse con fuerza hasta un récord mínimo, pero se espera que la rápida propagación global del coronavirus mantenga a las empresas y a la economía en general bajo una fuerte presión mientras la demanda exterior se hunde.
El índice oficial de Gerentes de Compras (PMI) en China se elevó a 52 en marzo desde el colapso que experimentó en febrero a un récord mínimo de 35,7, indicó la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS, por sus siglas en inglés) el martes, por encima de la marca de 50 puntos que separa el crecimiento mensual de la contracción.
Analistas encuestados por Reuters esperaban que el PMI de febrero fuera de 45.
La NBS atribuyó el inesperado rebote en el PMI -un indicador intermensual- al récord negativo de febrero y advirtió que las lecturas no muestran una estabilización de la actividad económica.
De hecho, los analistas ven improbable un repunte sostenido de la actividad manufacturera pese a la desaceleración de las infecciones por coronavirus en China desde su pico en febrero.
Muchos advierten que los fabricantes y la actividad económica general seguirán sometidos a una intensa presión en los próximos meses, ante la rápida propagación del virus por el mundo, los confinamientos sin precedentes en varios países y la casi total certeza de que habrá una recesión mundial.
El subíndice de producción manufacturera se aceleró al 54,1 en marzo, frente al 27,8 de febrero, mientras que una lectura de nuevos pedidos se elevó a 52 desde los 29,3 del mes previo.
Los nuevos pedidos de exportación recibidos por los fabricantes chinos creció al 46,4 desde el 28,7 de febrero, pero seguían dentro del campo de la contracción.