La actividad de las fábricas chinas se contrajo en diciembre por primera vez en más de dos años, una nueva señal de un declive en la demanda y de una mayor presión sobre la segunda economía más grande del mundo antes de comenzar el 2019.

El índice oficial de gerentes de compras (PMI, por su sigla en inglés) cayó a 49,4 en diciembre, por debajo del nivel de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción, según datos publicados el lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas.

Esta fue la primera contracción desde julio del 2016 y la lectura de PMI más débil desde febrero del 2016, cuando ascendió a 49. Analistas encuestados por Reuters habían pronosticado que el indicador oficial cedería a 49,9 para el mes.

La creciente presión sobre las fábricas sugiere una pérdida en curso de impulso económico y aumenta los riesgos tanto para Beijing como para la economía mundial, especialmente si persisten las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.

Los nuevos pedidos de exportación se contrajeron por séptimo mes consecutivo ante la debilidad de la demanda externa, con el subíndice cayendo a 46,6 desde la lectura del mes anterior de 47.

"Hay muchos pedidos a corto plazo del extranjero, pero pocos pedidos a largo plazo recibidos por las fábricas chinas por la cautela en medio de las incertidumbres comerciales", dijo Nie Wen, economista de Hwabao Trust en Shanghái, antes de la publicación del PMI.

"Las perspectivas de exportación a mediano y largo plazo no son particularmente optimistas", agregó.

En contraste, el PMI oficial no manufacturero, también publicado el lunes, aumentó a 53,8 desde 53,4 en noviembre, muy por encima de la marca de 50 puntos que separa el crecimiento de la contracción.

El sector de servicios representa más de la mitad de la economía de China, con salarios crecientes que le dan a los consumidores chinos más poder de gasto.