El aumento de la exposición permitida en activos que tienen una prima por liquidez (ej. capitales en startups) es una medida que pretende aumentar la rentabilidad de los fondos de pensión. Las posibles restricciones de rescate en el corto plazo se premian con una mayor rentabilidad. Convenientemente, la carencia de liquidez no representa un problema para los afiliados que aún les falta mucho por jubilar.
Uno de los obstáculos para implementar esta medida son los continuos traspasos que realizan los afiliados de un fondo a otro, lo que aumenta las necesidades de caja de las AFP y dificulta tener el control de los tamaños (valor total) de cada fondo. Una AFP que opte invertir el máximo permitido en estos activos se expone a tener que liquidar sus posiciones si los afiliados decidiesen mover sus ahorros hacia otros fondos. Los traspasos producen una reducción de tamaño, y en consecuencia una reducción del monto límite permitido. Dado que estos activos tienen menos liquidez, la venta se haría con descuento, lo que afectaría las rentabilidades del fondo.
La posibilidad de obtener un beneficio por cambiarse de un fondo a otro asume tener una capacidad predictiva sobre el movimiento del mercado. Si esto fuese posible, ¿no sería mejor incorporarla al sistema? Centralizar la responsabilidad de distribuir las contribuciones de cada afiliado y la de gestionar cada fondo a una misma entidad, permitiría reducir los requerimientos de liquidez y, con ello, mejorrar las expectativas de rentabilidad de los fondos. Otra medida que apunta en la misma dirección es reducir la cantidad de fondos. En teoría, tener más fondos aumenta los beneficios de diversificación, siempre que tengan un comportamiento distinto. En la práctica y dependiendo del período de análisis, los rendimientos históricos muestran que el fondo B se comporta de manera similar al A o C, mientras que el fondo D lo hace de manera similar al C o E.
¿Cómo hacernos partícipe de nuestro futuro de sus pensiones, sin que eso nos termine perjudicando? Una posible solución es definir un conjunto de carteras disponibles para los afiliados, donde cada una establezca la forma de distribuir las contribuciones en los diferentes fondos. De esa forma se podrían estructurar carteras con distintos niveles de premios por liquidez y riesgo, según el plazo que le quede al afiliado por jubilar y el cumplimiento con respecto a una meta.