A menos de dos semanas de que comenzaran a regir los nuevos aranceles que anunció Estados Unidos contra China, el gigante asiático cedió ante Trump y se comprometió a aumentar "considerablemente" sus compras de bienes estadounidenses, dando un respiro a la economía mundial luego de tres meses de temores sobre una guerra comercial.
Y es que luego de reuniones entre representantes comerciales de ambas naciones, Washington le exigió a Beijing reducir el superávit comercial de China en US$200 mil millones a 2020 -el excedente fue de US$375 mil millones en 2017- en tanto que China apuntó a un trato igualitario para la inversión china y levantar la prohibición sobre las exportaciones de circuitos integrados hacia el país, entre otras medidas consideradas.
De estos encuentros pasaron quince días sin mayores noticias, hasta que este sábado, las autoridades chinas y estadounidense dieron por descartada una guerra comercial, poniendo así fin a uno de los mayores temores para el crecimiento económico global en los próximos meses.
Al menos así lo mencionó el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, quien señaló que han "avanzado significativamente y acordamos un marco" y que por "el momento nos pusimos de acuerdo para suspender los aranceles mientras tratamos de implementar ese marco".
Desde la vereda china, el vice primer ministro, Liu He, aseguró que "las dos partes llegaron a un consenso de no participar en una guerra comercial y aumentar los respectivos derechos de aduana".
Con todo, este pareciera ser más un "congelamiento" de la disputa entre ambos países, ya que desde la administración estadounidense el mismo Mnuchin adelantó que si China no cumple sus compromisos, Trump "siempre podría volver a poner" sus aranceles.
En tanto China, dijo que "al mismo tiempo debe quedar claro que derretir el hielo no puede lograrse en un día, resolver los problemas estructurales de la economía y las relaciones comerciales entre dos países va a tomar tiempo".
Mercado cauteloso
No obstante, si algo ha aprendido el mercado de Trump es a manejarse con cautela. Y es que siguiendo la tónica de sus 16 meses al mando de Estados Unidos, tal como hace acuerdos, deshace otros.
Es más, esta misma historia que comenzó el 22 de marzo con el anuncio de un impuesto de 25% sobre los bienes tecnológicos importados desde el gigante asiático, tiene elementos de sorpresa de su parte, como cuando a una hora de que comenzaran a correr los aranceles para Canadá, México y la Unión Europea, el presidente de Estados Unidos decidiera aplazarlos un mes más, dando alivio a sus pares.
En esa misma línea, el economista y académico de la Universidad Mayor, Tomás Flores, comenta que "creo que este anuncio es solo un capítulo más de este enfrentamiento entre EEUU y China, tal como ocurrió entre EEUU y Japón décadas atrás. Trump debe reducir el déficit comercial y no lo logrará solo mediante la devaluación de dólar". Considerando lo anterior para Flores los mercados "recibirán este anuncio con cautela, ya que esperaran hechos concretos para poder mirar al futuro".
Bajo ese mismo supuesto de que se concreten los acuerdos el economista asesor de Grupo Security, Aldo Lema, menciona que "todo indica que habrá una reacción positiva de los mercados y que por un tiempo se asumirá que las negociaciones pueden avanzar más", pero advierte "que en la medida que EEUU no está abordando la causa última del déficit comercial, Trump podría volver en el futuro con amenazas de proteccionismo".
Por su parte, la economista de Libertad y Desarrollo, Carolina Grunwald, cree que "dada la situación actual donde hay tres riesgos, que es China, Irán y la Unión Europea, sacChinaar el factor China lógicamente le baja tensión al mercado y es positivo en términos de reducir el proteccionismo del comercio internacional".
De acuerdo Grunwald, "debería verse una disminución de la volatilidad de los mercados, pasarse a una mayor calma, una reducción de tasas y una reducción en el grado de incertidumbre en las economías".