Los afiliados que han salido de Nueva Masvida en los últimos tres meses para irse a otras isapres, y que pertenecen a la cartera de la ex Masvida, no cuentan con todos sus excedentes. Esa es la situación que enfrentan los afiliados a la firma a raíz de la decisión de la Superintendencia de Salud de congelar unos $19.000 millones de excedentes tras la intervención de 2017.

En este escenario, Nueva Masvida ha debido pagar los excedentes con cargo a sus propias utilidades. De hecho, de los $8.000 millones capitalizados el año pasado provenientes de ganancias, han destinado unos $6.600 millones para pagar estos fondos.

Hace tres o cuatro meses la isapre habría decidido seguir pagando sólo a aquellos afiliados que se encuentran dentro de la empresa, por lo que aquellos clientes que en el último tiempo se han ido a otras isapres, y que tenían excedentes en la ex Masvida, no cuentan con todo su dinero. Eso fue lo que Nueva Masvida informó en junio al resto de las isapres: que desde ahora no podrán transferir la totalidad de estos fondos de los clientes.

A modo de referencia, son aproximadamente unos 1.000 usuarios al mes los que se traspasan de una isapre a otra, por lo que podrían ser cerca de 3.000 afiliados los que actualmente no cuentan con el total de sus excedentes.

A raíz de lo anterior, la gerencia general de Nueva Masvida ha enviado cartas a la Superintendencia pidiendo que acelere el proceso. Ejemplo de ello es la misiva que mandó el 19 de junio de 2017 el gerente general Luis Atabales, a la exintendenta de fondos y seguros previsionales de salud de la Superintendencia, Nydia Contardo, donde recuerda que el contrato que firmó Óptima (isapre que se fusionó con Masvida, y que controla el fondo norteamericano Nexus), con la ex Masvida el 28 de abril de 2017, y del cual la Superintendencia de Salud tenía conocimiento, estipulaba que la fallida compañía le pediría a la Superintendencia dentro de un plazo máximo de tres días hábiles desde esa fecha, que traspase a Nueva Masvida todos los excedentes con cargo a las garantías.

Y así fue, el interventor Robert Rivas pidió el traspaso, sin embargo nunca se concretó, ya que el regulador inició un proceso de liquidación de la garantía que aún está en curso. "Había un acuerdo donde yo tenía que realizar una solicitud a la Superintendencia, el cual se realizó en tiempo y forma. Desconozco las causas por las cuales aún no se ha pagado"; comenta Rivas.

Por otro lado, la carta que envió Nueva Masvida al regulador agregaba: "Solicitamos un pronunciamiento expreso, entendiendo que los plazos de respuesta se encuentran transcurridos". Es más, señala que la isapre "ha tenido que realizar préstamos a sus afiliados, de su propio patrimonio, para permitir que ellos puedan seguir utilizando sus excedentes con normalidad, entendiendo que dichos fondos actualmente en custodia de la Superintendencia de Salud son propiedad de cada uno de los afiliados de Nueva Masvida, y que deberían poder disponer libremente de ellos".

Así, la misiva reconoce que "todo lo anterior ha significado una contingencia operacional y financiera que Isapre Nueva Masvida (ex Óptima) ha debido asumir". De hecho, la empresa en ese momento advirtió a la Superintendencia que "en caso de no encontrarse esos fondos en nuestro poder, no nos corresponderá hacer transferencia alguna, con el consiguiente perjuicio y desorden para el sistema que ello podría acarrear".