Solo el 10% de 40.000 toneladas de lodos producto del desecho de las plantas de la industria de frutas y hortalizas que generan anualmente 21 empresas procesadoras de alimentos de Chile, se aprovechan para mejorar el suelo o como compost. El resto se va derecho a los rellenos sanitarios.
Tomando en cuenta la fuerza que ha tomado el concepto de economía circular, este sector, liderado por Chilealimentos, puso foco en lograr que esa gran cantidad de material orgánico tuviera una segunda vida. Aparte de mejorar una serie de metodologías productivas en base a un Acuerdo de Producción Limpia (APL), había otro objetivo concreto: cambiar el reglamento que impedía la utilización de estos lodos para la agricultura.
La buena noticia es que a principios de octubre, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad (CMS) aprobó los cambios a dicha normativa. ¿Qué significa este cambio? El punto más importante es que la regulación anterior establecía parámetros de humedad difíciles de conseguir para lodos provenientes de la agroindustria, lo que generaba el no aprovechamiento de este insumo rico en nutrientes para los campos. En específico, se solicitaba un máximo de humedad permitido del 70%, mismo criterio que para las aguas servidas. Hoy esa exigencia se eliminó.
Según Chilealimentos este cambio no solo logrará reutilizar o revalorizar las 40.000 toneladas desde fábricas de pulpas de frutas, jugos concentrados de frutas, productos congelados, productos deshidratados y pasta de tomates, sino también crear mayor conciencia en todo este rubro. “Creemos que esa cantidad aumenta al doble si se considera a las empresas que no son parte de nuestro gremio”, comenta Carlos Descourvières, gerente de Desarrollo y Sustentabilidad de Chilealimentos, y agrega: “Este material también se podría implementar para planes de recuperación de sectores erosionados como el secano costero”.
Gran parte de esta industria se ubica en las regiones de Valparaíso, O’Higgins y Maule, siendo las empresas más relevantes del rubro Alifrut (Minuto Verde), Patagonia Fresh, Sugal e Invertec.
“Previo a este cambio, la mayoría de los lodos generados por este sector terminaban en un relleno sanitario, desaprovechando los nutrientes biológicos que contienen y generando un impacto negativo al medioambiente, lo que ahora será posible revertir”, comenta Carolina Schmidt, ministra del Medio Ambiente, entidad que también participó de esta modificación, junto con la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa) del Ministerio de Agricultura.
Olores
Otro punto relevante en la modificación es establecer mayores exigencias para el control de olores. Para esto, se restringe el tiempo de almacenamiento y se estableció un procedimiento de limpieza programada, a través de un registro.
Además, para la aplicación en el suelo se determinó un plazo máximo de acumulación en el predio y obligación de programar la aplicación considerando la dirección del viento.
María Emilia Undurraga, directora de Odepa, explica que el reglamento se trata de un cambio de mirada donde “no solo estamos enfocados en la parte productiva, sino que entendemos que las acciones tienen un impacto en las personas y en el medioambiente. Se trata de soluciones basadas en la naturaleza que nos permiten transformar acciones que muchas veces son catalogadas como problemáticas”.