Los resultados de Agrosuper, entregados este jueves a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) muestra malas noticias para la firma. En el 2022 la compañía registró ganancias de US$193 millones, y en 2023 vio una reducción de casi el 76% de sus utilidades hasta llegar a los US$46 millones al cierre del año.


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“Dicha variación se explica por un menor Ebitda (...) y por un mayor gasto financiero de US$17 millones, debido a un aumento de la deuda financiera neta y de las tasas de interés, compensado, en parte, por un menor impuesto a las ganancias de US$88 millones”, explica la compañía a través de un comunicado.

El ebitda de Agrosuper en el periodo al cierre de diciembre de 2023 totalizó US$359 millones, un 47,6% inferior al cierre del 2022, cuando sumaba US$684 millones. Según detallan, fue impulsado tanto por el segmento Carnes como por el Acuícola, con bajas de 53,2% y 41,4% respectivamente.

“Pese a lo anterior, es importante destacar que ambos segmentos se vieron favorecidos, durante la segunda mitad del año, por un menor gasto de administración y ventas debido a la normalización de las tarifas de los fletes”, enfatizaron.

Los ingresos, por su parte, tuvieron una leve disminución inferior al 1%, sumando un total de $4.153 millones al cierre de 2023. “Los ingresos por venta en el 4T23 fueron un 1,1% menor a lo alcanzado durante el mismo periodo de 2022, explicado principalmente por menores precios promedio en ambos segmentos, pero contrastado por mayores volúmenes de venta”, explican desde Agrosuper. A su vez, los costos de ventas aumentaron en un 10,7% alcanzando los US$3.373 millones.

Según menciona la empresa, el segmento de carnes se ha enfrentado a una industria mundial con márgenes acotados, a pesar de que disminuyera el precio de las materias primas. Esto se explica por un aumento en la producción mundial de pollo y cerdo, y también por una demanda global debilitada por la mayor inflación y el menor consumo en los hogares.

Además, explicaron que se enfrentaron durante los primeros meses del año a una restricción de acceso a algunos mercados internacionales, producto de brotes de influenza aviar observados durante el primer semestre.

Mientras que en el segmento acuícola el salmón atlántico tuvo una menor demanda por la preferencia de los consumidores por proteínas de menor precio, lo que hizo que este producto en particular también viera a la baja su valor, por lo menos en Estados Unidos.

“En lo que respecta a Brasil, durante el cuarto trimestre hubo un incremento en los envíos desde Chile, contribuyendo a una caída en los precios. Por su parte, el mercado japonés ha mostrado los primeros signos de recuperación en el consumo de salmón del Pacífico y se espera una recuperación de los márgenes en la primera parte del 2024″, declararon.