La gestión de José Miguel Ahumada como subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales estuvo marcada por su postura en contra de los tratados internacionales y, en especial, en contra del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (TPP). Sus opiniones previas pavimentaron las reticencias del sector privado y de sus antecesores en el cargo con respecto a la forma en que llevaría adelante las relaciones económicas internacionales.
“Al presentar el proyecto sobre el TPP11 el Presidente Sebastián Piñera señaló que permitirá aumentar y diversificar las exportaciones nacionales e insertar empresas nacionales en cadenas globales de valor. Sin embargo, ninguno de esos dos objetivos clave se cumplirá con el acuerdo. En el contexto actual su efecto será, en el mejor de los casos, neutral; en el peor, regresivo”, señaló en una columna publicada por Ciper Chile en 2019.
En noviembre de 2021, en plena campaña presidencial, dijo a radio Universidad de Chile que “si nosotros vemos que los TLC restringen el espacio para que el Estado pueda aplicar estas políticas productivas e industriales que garantizarían una estabilidad política a largo plazo, yo diría que es menester, en nombre de la estabilidad, replantear algunos elementos específicos de estos acuerdos y que no sean retroactivos, lo que evitaría generar incertidumbre”.
Ya en el cargo, hubo dos hechos que fueron abiertamente criticadas por distintos sectores. El 9 de mayo se anunció una consulta ciudadana para redefinir y legitimar la política de comercio exterior, lo que generó incomodidad en el propio ministro de Hacienda, Mario Marcel. También había discrepancias con su jefa directa, la canciller Antonia Urrejola.
Dicha consulta se realizaría entre agosto y octubre del año pasado. El objetivo de ese proceso participativo -no vinculante- era recoger las opiniones tanto del mundo empresarial como de la sociedad civil para proyectar la agenda del programa de gobierno.
Los dos hitos que contendría la Consulta Ciudadana era identificar las percepciones de la ciudadanía sobre la actual política comercial chilena y recibir propuestas para definir lineamientos que permitan definir una estrategia de política comercial. Y, lo segundo, diseñar una política comercial que, en conjunto con otras políticas públicas, contribuyera a un desarrollo con mayores niveles de productividad, que fuera ecológicamente sustentable y que promoviera la inclusión y la equidad, según se indicó en ese momento.
Sin embargo, luego de varios cuestionamientos que realizaron expertos en comercio internacional, entre excancilleres y parlamentarios, el gobierno decidió postergar la consulta para el último trimestre del año pasado. Eso tampoco sucedió, y ahora si bien seguía en agenda, no había una fecha para su realización.
La segunda fue una reunión con la agrupación Chile Mejor sin TLC, el 22 de junio del año pasado, cuando no había una definición clara sobre si el gobierno apoyaría el TPP11, lo que levantó nuevamente críticas.
Por su parte, la relación entre el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales y Hacienda fue siempre distante. Los canales de comunicación fueron netamente formales. Un episodio que marcó esa distancia fue la sorpresa que tuvo el ministro Marcel al enterarse por la prensa de la idea de poner en consulta la política comercial. “Vamos a tener mucho interés en informarnos al respecto para saber qué se está proponiendo”, dijo en esa oportunidad Marcel. No obstante, también desde la Subrei aclararon en ese momento que no tenían obligación de comunicar estas materias a Hacienda, ya que eran temas que se tratan a nivel de gabinete y no con un ministerio en particular.
Durante el primer año de gobierno Ahumada tuvo 15 reuniones por lobby. Además de Chile Mejor sin TLC, recibió a la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio, Google Chile, la Cámara Oficial Española de Comercio de Chile y la Asociación de Vinos de Chile, entre otros. También presentó los lineamientos de la política comercial ante la Cámara Nacional de Comercio (CNC). En su agenda, la Subrei cerró la modernización del acuerdo con la Unión Europea, y tiene pendientes otros procesos con India, Corea del Sur y Emiratos Árabes.
La ratificación del TPP11 y las side letter
El martes 21 de febrero de este año entró en vigencia el TPP11 para Chile. Pero antes, cuando el gobierno lo ratificó luego de la aprobación del Senado, se enfatizó en que se seguiría adelante con la búsqueda de firmar las side letters o cartas laterales, que fue una iniciativa que impulsó y llevó adelante Ahumada. Sin embargo, pese a toda la insistencia en ese sentido, el Ejecutivo logró firmar sólo una side letter con Nueva Zelandia, aunque hay otras dos comprometidas con México y Malasia.
Ahumada es simpatizante de Revolución Democrática y sus contactos en el gobierno incluían al ministro de Economía, Nicolás Grau; la subsecretaria de Economía, Javiera Petersen; el asesor del Segundo Piso, Carlos Figueroa, y al ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson. No obstante, su principal sostenedor era el propio Presidente Gabriel Boric, quien lo nombró como parte del equipo que elaboró el programa de política internacionales que puso de relieve la idea de revisar los tratados de libre comercio, durante la primera vuelta presidencial. Luego, tras las críticas a ese planteamiento, el equipo programático salió a aclarar que en ningún caso se pensaba realizar este proceso de manera unilateral, lo que quedó plasmado en el programa presentado para la segunda vuelta presidencial.
También su ascendencia en el Frente Amplio proviene de su cercanía con el economista surcoreano Ha-Joon Chang, quien es considerado como un referente para este sector político. Ahumada es cientista político de la Universidad Diego Portales, magíster en economía internacional de la Universidad Complutense de Madrid y doctor en estudios de desarrollo por la Universidad de Cambridge.