Cuando a alguien le preguntan por la capital estadounidense de las startups, por lo general, Silicon Valley es lo primero que viene a la mente. Para alguien más especializado en la materia, también están Boston o Seattle. Pero hay una ciudad mucho más cercana a Latinoamérica que está tomando fuerza en el ecosistema emprendedor de todo el continente: Miami. El Cambridge Innovation Center (CIC), que es un hub que conecta todas las aristas del mundo del emprendimiento en varios continentes, visualizó esto hace una década y puso una sede en la ciudad de Florida. Y hace siete años, la chilena Alejandra Winter llegó a ese lugar como directora del programa de Soft Landing (internacionalización de una startup) del CIC en Estados Unidos, que se maneja desde Miami.
La ingeniera civil industrial de la Universidad Adolfo Ibáñez siempre ha estado ligada a la innovación y emprendimiento, y antes de irse a Estados Unidos fue la directora de Operaciones para la Innovación del famoso centro Ideas Factory (IF). “Siempre quise ayudar al emprendedor chileno, pero después sentí que había que ayudar a todos los de Latinoamérica y así, ayudé a cofundar el programa de Soft Landing en Miami. Al principio era sólo para conectar emprendedores. Pero hoy mezcla consultoría, academia y otros elementos para prepararlos para entrar al mercado de Estados Unidos”, comenta Winter, quien agrega que CIC Miami es una especie de cowork que además incluye laboratorios, ya que tiene un importante enfoque en startups de biotecnología. CIC a nivel mundial ha levantado más de 17 mil millones de dólares en venture capital (VC) y más de 10 mil startups han pasado por sus instalaciones.
¿Por qué el interés de CIC por instalarse en Miami?
-Porque era la puerta de entrada a Latinoamérica. Cuando yo llegué a Miami, la ciudad estaba en un momento muy interesante. Incluso, creo que comparado con cuán bien armado estaba el ecosistema de Chile, yo diría que estaba unos pasitos más atrás, pero iba a una velocidad mucho más rápida de lo que yo haya visto en cualquier otro lugar. Y el interés de mucha gente de vivir en Miami, le dio una velocidad grande.
¿Y con respecto a inversionistas?
-Quizá no tanto, pero si no tengo el inversionista aquí, igual lo puedo conseguir a un vuelo corto a distancia, en un mismo mercado. Entonces, si es que la startup empieza a instalarse en Miami, al final termina llegando el capital.
¿Cómo ha cambiado Miami en estos siete años?
-Bastante. Primero, para muchos latinoamericanos que se venían con su familia o hacían una pausa de tres meses, era caro probar si es que era posible. Y hoy en día, con la pandemia, esa prueba se pudo hacer de forma virtual, lo que dio la posibilidad de que muchas más startups pudieran llegar. Por otro lado, toda la inversión que se inyectó en 2021 y 2022 a Latinoamérica hizo cambiar la mentalidad de la startup, que ahora piensa más global y con miras a Estados Unidos. Pero, por otro lado, Estados Unidos empieza a mirar a Latinoamérica con mejores ojos. Y nacen fondos y aceleradoras que están enfocadas en empresas latinoamericanas. Todo eso genera un ecosistema más robusto.
Pero también durante los años de pandemia, muchos de los grandes fondos o empresas deciden venirse a Miami porque les parece un lugar más atractivo para pasar ese periodo, lo que produce una gran inyección de capital y de tecnología. Entonces, realmente no es la misma ciudad de hace siete años.
¿En qué proyectos están actualmente?
-Nosotros trabajamos directamente con organizaciones que apoyen la innovación y el emprendimiento, como aceleradoras o gobiernos, y este año por primera vez estamos trabajando con un grupo de VC. Por ejemplo, estamos ahora trabajando con el VC Manutara Ventures, que buscó 10 startups para su internacionalización. También estamos en un programa con The Ganesha Lab, para un grupo de diez empresas de biotech. Además, trabajamos con ProChile en un programa específico para educación tecnológica. Tenemos una conexión con las startups latinoamericanas y, sobre todo, con las chilenas. Te diría que la mitad del portafolio son chilenas.
¿Pero la mayor presencia de los chilenos es porque usted está ahí, o porque el emprendedor chileno es distinto al de otros países?
-Definitivamente hay emprendedores de buena calidad en Chile y creo que en otros países también. Pero al final, se necesita también una infraestructura por detrás que apoye a emprender y ahí podemos ver que hay una gran diferencia en Chile. Puede que ayude un poco que yo sea chilena, pero si ves bien el ecosistema emprendedor de la región, efectivamente, quien va más rápido sigue siendo Chile.
¿Cómo cree que está el ecosistema de venture capital a nivel latinoamericano?
-Se están instalando muchos en Miami y son parte muy importante del ecosistema. Siempre le digo a las startups que es muy importante que lleguen con una comunidad. De la mano con alguien. Hacerlo solo es muy complicado. Se puede llegar con un programa de soft landing, pero también junto con tu inversionista o aceleradora. Pero en el fondo, es importante para el apoyo de las startups de Latinoamérica que efectivamente estos fondos estén expandiéndose con presencia en Estados Unidos, porque van armando el ecosistema. Creo que los fondos chilenos que han llegado ya son completamente parte de ese ecosistema.
¿Qué les falta a los emprendedores chilenos cuando llegan a Miami?
-En el programa tratamos de hacernos cargo de eso. Levantar capital en Chile versus Estados Unidos tiene las mismas reglas del juego, pero es como si estuvieras jugando en fútbol local o en Europa. La velocidad con que se mueve Estados Unidos es distinta. Entonces, nosotros nos encargamos de adaptarlos culturalmente a eso. Hay muchos detalles culturales en los que se caen las startups chilenas. Por ejemplo, asumir que tienes una hora de reunión en vez de media hora, la forma de estructurar un e-mail, o usar WhatsApp para mandar textos gigantes. En Estados Unidos se usa mucho más el mensaje de texto.
Además de Chile, ¿que otro país de la región está avanzando bien en emprendimiento?
-Por un lado, si es por ecosistema y apoyo, hemos visto que Colombia tiene una alta probabilidad de que crezcan los capitales para apoyar a las startups, que son de muy buena calidad. En Argentina también hemos visto muchas startups de muy buena calidad, pero menos apoyo. El otro país con el que nosotros tenemos muy buenas relaciones y donde también hay muy buenas startups es Uruguay. Pero todo esto, ¡no significa que en otros países no existan buenas startups también!
¿Cómo ve el panorama de las startups que quieren levantar capital hoy?
-La situación es parecida en Estados Unidos y Latinoamérica. Se lee y se respira el mismo ambiente. Pero a todos los eventos que voy, hay muchos inversionistas, pero buscan empresas que demuestren rentabilidad. Antiguamente, el venture capital te presionaba para que crecieras, te endeudaras y no dejaras de crecer, y esas startups lentas las veían como las malas del portafolio. Ahora, las ven como el ejemplo, porque son rentables.