Tuvo un rol protagónico en la última gran reforma tributaria que ha hecho el país. Y por lo mismo, generó bastantes críticas, similares a las que tuvo la actual propuesta impositiva del gobierno de Gabriel Boric, que fue rechazada en su idea de legislar por la Cámara de Diputados.
Alejandro Micco, exsubsecretario de Hacienda del segundo gobierno de Michelle Bachelet, dice primero que el actual proyecto era menos amplio del que se impulsó en 2014, pero que, en ese momento, cuando la discusión estaba cerrada, hubo un manejo político “fundamental”. “El ministro Arenas era un muy buen negociador y sabía lo que se podía hacer y lo que no se podía hacer. Se transó mucho en el camino, pero fue para sacar adelante la reforma”.
Hoy se cumple el primer año del gobierno de Gabriel Boric. ¿Cuál es su evaluación política y económica?
-La realidad habla por sí sola. El gobierno ha avanzado extremadamente poco en todo lo que tenía planeado hacer, que desde mi punto de vista era ambicioso y poco realista. Cinco reformas, creación del banco de desarrollo, era un programa un poco sobregirado. Incluso ahora se ha logrado hacer menos de lo que han hecho otros gobiernos en este mismo plazo. Claramente hubo situaciones de inexperiencia que le jugaron en contra al gobierno.
Entonces, ¿la inexperiencia de la primera parte del año fue un factor relevante y retrasó la implementación del programa?
-Fue un mal manejo inicial, pero no le echaría la culpa a la juventud, porque es gente que viene del Congreso desde hace tiempo. Si uno piensa lo que fue la transición a la democracia, que fue un cambio brutal, era con gente que nunca había estado en gobiernos o bien estuvo fuera de la actividad de política por 20 años. Esto ha sido falta de prudencia más que juventud. Hay inexperiencia, pero eso se hace notar cuando se es imprudente, porque cuando uno es prudente sabe lo que no sabe y trabaja más lento, y no hace alarde de que todo se puede cambiar en un día. Es un tema de prudencia.
¿Con el cambio del equipo político mejoró la gestión?
-El discurso inicial fue cambiando, y se va tomando conciencia de que las cosas no son tan fáciles de hacer, lo que se ve con más fuerza luego del rechazo a la nueva Constitución. Y la integración de personas más experimentadas como Carolina Tohá, el mismo Carlos Montes, tomó más, y el propio equipo económico que siempre fue más prudente que el resto del gabinete.
Esta semana se rechazó inesperadamente la reforma tributaria, que era el corazón del financiamiento del programa. ¿Cuánto complica la marcha del gobierno?
-Lo primero que debemos decir es que es una mala noticia para el país. En eso hay que ser muy claros. El país requiere aumentar la carga tributaria, requiere tener mayores herramientas para reducir la evasión y elusión, y eso se dificulta con el rechazo del proyecto. Es una sorpresa para todo el mundo.
¿Quién es el principal responsable de que este proyecto no haya avanzado?
-Fueron situaciones fortuitas las que hicieron caer este proyecto, pero esas situaciones hay que manejarlas. El responsable de que no se apruebe una reforma tan importante es el gobierno. No hay otro. Si no estaban los votos se tiene que calibrar la situación para lograr aprobar el proyecto. Es muy complejo lo que pasó. Si sabe que no puede avanzar más, se detiene la discusión, se mira, analiza y se buscan los cambios para asegurar los votos. Aquí hay que ser claros: el principal responsable de que esto no se aprobara es el gobierno.
El ministro Marcel dijo que quienes apretaron el botón rechazando eran los responsables…
-Claro, los diputados son los que votan, pero el gobierno sabe la capacidad que tiene de pasar o no un proyecto de ley. Había que asegurar los votos, y si se ve que no va a pasar o hay riesgos de que se rechace se tienen que hacer los ajustes para lograr los votos, sobre todo si es una reforma importante para el gobierno. Hay que hacer una autocrítica: esto es un error del Ejecutivo y punto. Había la percepción de que esto pasaba y que se discutiría con mayor tiempo en el Senado para hacer otras modificaciones. Fue una sorpresa para el Ejecutivo y para la derecha. Era importante avanzar y aumentar la recaudación, jamás se iba a lograr recaudar lo que esperaba el gobierno, pero era importante que se hiciera igual esta reforma, medidas importantes para la confianza del país, en términos de la justicia tributaria.
Al término de la votación el ministro Marcel dijo que este era un triunfo de los evasores y planificadores tributarios... ¿Cómo toma esas declaraciones?
-Se puede entender la frustración del ministro. Fueron palabras poco afortunadas. Pero el ministro de Hacienda seguirá siendo igual de prudente de lo que era antes del miércoles. Un día de frustración, válida después de esta votación sorpresiva y compleja, pero es el mismo Mario Marcel.
La oposición dice que esperan que el gobierno presente una nueva reforma que sea proempleo, proinversión y procrecimiento. ¿Las reformas tributarias tienen que cumplir ese objetivo?
-Una reforma tributaria es para recaudar ingresos para hacer otras políticas. Cuando uno hace una reforma tributaria tiene que tener la convicción de que esos recursos se usen en algo que compensen y ayuden el crecimiento.
¿Cómo queda ahora el avance del programa?
-El gobierno está atrasado en varias reformas y con esto creo que hay políticas que ya no se deben hacer, como la condonación del CAE, y espero también que no haga un gasto importante en montar un banco de desarrollo cuando se tiene a Corfo. Me da la impresión de que el gobierno ya dijo que no podrá hacer todo lo prometido, y eso ya reduce las necesidades de financiamiento.
Y para avanzar en una nueva reforma tributaria, ¿ve espacio? ¿De dónde podrá obtener los recursos el gobierno?
-Hay de donde obtener recursos para avanzar en el programa. Tiene los ingresos del royalty y por ello es fundamental que se apruebe. Con ese proyecto puede recaudar un 0,42% del PIB, que no es muy lejano a lo que espera el gobierno (0,6%). Lo otro son los impuestos correctivos, y con ello pueden recaudar unos 0,2% del PIB. Ya tenemos un 0,6% del PIB.
¿El resto de los recursos necesarios podrían venir del litio?
-El gobierno tiene la capacidad para recaudar más por esa vía. Es cierto que los precios actuales no son los de largo plazo, ojalá tuviéramos una recaudación del 2% del PIB constante, pero sí tendremos una recaudación mayor a la esperada. Esto se debe a las modificaciones de contrato que en su momento se pensó que no eran buena idea, y que si no lo hubiéramos hecho estaríamos perdiendo este boom de precios. Este año se espera una recaudación por litio de entre el 2% y el 2,5% del PIB. De esos, los recursos adicionales serán del orden del 1,5% del PIB por año. Eso ya genera lo que necesita el gobierno para financiar su programa en lo razonable que se puede hacer. Con los recursos extra del litio el gobierno tiene financiado su programa.
Pero el ministro de Hacienda ha dicho que esos no son recursos estructurales...
Claro, pero hay que ver cuánto de esos recursos son permanentes. Actualmente son 2 puntos del PIB de mayor recaudación, pero pensando en una perspectiva de más largo plazo, supongamos que son un 0,4% del PIB los recursos estructurales. Ya vamos en un 1% del PIB en mayor recaudación, considerando el royalty y los impuestos correctivos. Asumiendo que hubo una derrota, si quiere hacer una modificación tributaria hay que ver qué se puede salvar del proyecto rechazado. Se puede buscar un acuerdo más acotado y que logre una recaudación 0,4% del PIB con medidas contra la evasión y elusión.P