El parlamento alemán aprobó el viernes una ley sobre el clima, uno de los principales compromisos de la coalición dirigida por Angela Merkel para acelerar la reducción de las emisiones contaminantes, bajo la presión de manifestaciones masivas.
El Bundesrat, la cámara alta del parlamento, votó el compromiso negociado durante la semana con la cámara baja sobre medidas que afectarán tanto a los transportes como a la construcción o a la agricultura.
También se votó la creación de un mercado alemán del carbono en 2021.
El objetivo es reducir en 55% las emisiones de gases de efecto invernadero de Alemania en 2030 con respecto a su nivel de 1990. Un trabajo colosal para un país que no podrá cumplir sus objetivos climáticos para 2020.
La ley entrará en vigor a principios de enero y se traducirá en una reducción inmediata de los impuestos sobre los billetes de tren de larga distancia, así como en un incentivo fiscal al aislamiento energético de los edificios, y diversas subvenciones para el desarrollo de vehículos eléctricos.
Otras medidas se añadirán en los próximos años y, en total, el gobierno se compromete a gastar 54.000 millones de euros hasta 2023, acelerando al mismo tiempo sus inversiones hasta 2030 para la renovación de la red ferroviaria.
El proyecto -el más ambicioso de la coalición gubernamental formada en 2018 entre conservadores y socialdemócratas- fue negociado durante meses antes de ser presentado a finales de septiembre.
El principal cambio del Bundesrat, que representa a los estados regionales, se refiere a la introducción en 2021 de un precio nacional de la tonelada de carbono. Estas cuotas de CO2 se cambiarán finalmente por un mínimo de 25 euros, frente a un precio inicial de 10 euros.