La explotación conjunta de litio en el salar de Uyuni -ubicado a 3.663 metros sobre el nivel del mar- que realizarán Alemania y Bolivia a través de una compañía conjunta, no representa riesgos para Chile, aunque sí es una alerta para que el país avance en políticas públicas que den mayor impulso a la inversión en esa industria, indicaron expertos.
Ayer, ambos gobiernos informaron que el acuerdo fue firmado entre la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y ACI Systems Alemania GmbH (Acisa) e indicaron que considera los derechos mineros para las salinas de dicho salar.
"Este anuncio, por el lado de Chile, es una oportunidad para plantear políticas pro litio. Chile tiene potencial. No es un misterio que los recursos de litio en Bolivia son abundantes y si hay políticas estables, podrían ser actores relevantes", indicó el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, añadiendo que el ingreso de nuevas compañías a Uyuni, que prefieran invertir en Bolivia y no en Chile, se podría generar más adelante, a la espera de ver cómo resulta la experiencia de Alemania.
"Estamos atrasados en generar una política para los otros salares (que no sea el de Atacama). Se requiere generar las condiciones para que el sector privado invierta. Hoy es imposible", añadió el ex vicepresidente ejecutivo de Corfo, Eduardo Bitran.
Por su lado, el académico de la Universidad Católica, Gustavo Lagos, descartó que el anuncio pueda ser considerado como una ameneza para la industria nacional y precisó que en el largo plazo, las ventajas que pueda tener la producción de litio en el país vecino dependerán de los costos de producción.
"No es una amenaza. No va a ser inmediato que ellos produzcan una gran cantidad de litio o sales de litio, pero sí es un factor a considerar a futuro. Dependiendo del costo al que produzcan, puede ser un competidor importante de los tres países líderes en la actualidad: Australia, Chile y Argentina", explicó, añadiendo que el Salar de Uyuni, posee condiciones inferiores a las del Salar de Atacama, relacionadas con altura, evaporación y otros factores.
De hecho, un informe elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), da cuenta de dichas condiciones. Por ejemplo, en el caso del uso de la evaporación como método extractivo, el salar chileno, presenta una tasa de 3.200 milimetros al año (mm/año), favorecido por un clima árido y escasas precipitaciones. Mientras que el Salar de Uyuni, registra una tasa de 1.789 mm/año.
Así las cosas, respecto a la pureza del mineral líquido -que se mide en la relación mineral/litio- la ventaja también la tiene el Salar de Atacama, con 6 mg/li, versus 19 mg/lt que registra Uyuni, siendo 10 mg/li la medida promedio que se cosidera como rentable.
Así las cosas, Bitrán -que lideró los acuerdos con SQM y Albemarle para la explotación de litio en el Salar de Atacama-, se mostró escéptico respecto a que Bolivia pueda alcanzar un rol relevante.
"La opinión de los expertos es que Bolivia es rica es recursos de litio. No obstante, transformar esos recursos en reservas y luego atraer la inversión necesaria, con la experiencia y capital necesario para desarrollar proyectos es un enorme desafio. Soy escéptico respecto a la posibilidad de que Bolivia logre tener un rol relevante en la oferta mundial de litio en los próximos diez años", esgrimió.
El proyecto de Uyuni
De acuerdo con Bloomberg, Acisa ofrecerá tecnología minera al proyecto, que busca suministrar hasta 40.000 toneladas de hidróxido de litio durante el año posterior al inicio de operaciones, en 2021, y creará hasta 10.000 trabajos locales directos e indirectos.
La agencia de noticias también informó que los salares bolivianos podrían contener alrededor de nueve millones de toneladas de mineral de litio, lo que equivale a alrededor de la sexta parte de las reservas mundiales conocidas. Bolivia estaría dispuesta a invertir US$800 millones para el desarrollo del salar, indicó el presidente de ese país, Evo Morales.