La actividad privada en Alemania y Francia ha rebotado con fuerza en el mes de julio tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia, según reflejan los respectivos índices PMI, que se han situado en máximos de los últimos 23 meses en el caso germano y de los últimos 30 meses en el país galo, confirmando la entrada en “fase de recuperación” de las dos mayores economías de la UE, según IHS Markit.
En el caso de Alemania, el índice compuesto de actividad PMI se ha situado en julio en 55,5 puntos desde los 47 de junio, su mejor lectura en 23 meses, con un fuerte crecimiento del PMI de servicios, hasta los 56,7 puntos, su nivel más alto en 30 meses, mientras que las manufacturas han dejado de contraerse por primera vez en 19 meses, con una lectura de 50 puntos del correspondiente índice PMI.
Por su parte, el PMI compuesto de Francia se ha situado en julio en 57,6 enteros, frente a los 51,7 de junio, su mejor resultado en 30 meses, con una subida de la actividad de los servicios hasta los 57,8 puntos, en máximos de 30 meses, aunque las manufacturas perdieron impulso y moderaron su crecimiento en julio, hasta los 52 puntos desde los 52,3 de junio.
"El PMI de julio se adentró firmemente en terreno positivo y muy por encima de las expectativas, lo que supone un claro signo de la mejoría de las condiciones de negocio en Alemania a medida que se recupera la actividad y la demanda", declaró Phil Smith, economista de IHS Markit, quien destacó el rebote de las exportaciones.
No obstante, el experto advirtió de que, a pesar del rebote de la actividad, las empresas siguieron ajustando empleo, incluso a un mayor ritmo, particularmente en las manufacturas, lo que representa uno de los principales factores de preocupación con respecto a la recuperación.
En el caso de Francia, el economista de IHS Markit Eliot Kerr afirmó que las cifras del PMI de julio apuntan a un fuerte crecimiento de la actividad del sector privado "confirmando que la economía ha entrado en fase de recuperación" tras el confinamiento por la Covid-19.
"De cara al futuro, una reactivación continuada de la demanda debería dar a las empresas la confianza para comenzar a contratar más personal y esto ayudará aún más a la economía a recuperar los niveles de actividad anteriores al coronavirus", añadió.
El mayor crecimiendo en dos años en la zona euro
En el conjunto de la zona euro, la actividad del sector privado ha acelerado su expansión en el mes de julio tras el levantamiento de las restricciones por la pandemia de coronavirus, según refleja el dato preliminar del índice compuesto de gerentes de compras (PMI), que ha alcanzado los 54,8 puntos desde los 48,5 del mes anterior, su mejor lectura en 25 meses.
En el caso del sector servicios de la zona euro, el índice de actividad se ha situado en julio en 55,1 puntos desde los 48,3 de junio, en máximos de 25 meses, mientras que el PMI manufacturero arroja en julio una lectura preliminar de 51,1 puntos, frente a los 47,4 del mes anterior, su mejor lectura en 19 meses.
"Las empresas de la zona euro registraron un comienzo alentador del tercer trimestre", declaró Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, para quien los datos de julio "refuerzan las señales de que la economía debería recuperarse intensamente después del derrumbe sin precedentes del segundo trimestre".
Reducción de plantillas
No obstante, a pesar del fuerte rebote de la actividad muchas empresas continuaron recortando sus plantillas empresas, por lo que el nivel de empleo cayó por quinto mes consecutivo, aunque a un ritmo algo más moderado. El ajuste del empleo de nuevo fue especialmente significativo en el sector manufacturero, mientras que el declive de la contratación mucho más modesto en el sector servicios.
"Aunque los índices de actividad total de la encuesta señalan una recuperación inicial en forma de 'V', otros indicadores, como el índice de pedidos pendientes y el de empleo, advierten de que las perspectivas están expuestas a riesgos a la baja", apuntó Williamson.
En este sentido, el economista jefe de IHS Markit advirtió de que las empresas siguen reduciendo sus plantillas “a un ritmo alarmante” ante el temor de que la demanda subyacente no sea suficiente para sostener la incipiente recuperación, lo que, a su vez, puede perjudicar la consolidación de la demanda necesaria para afianzar dicha recuperación.