Intensamente ordenado. Así es Alfonso Swett, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), que congrega a las principales ramas productivas del país. Tan ordenado, que enfrenta la entrevista con un sinnúmero de apuntes diferenciados por tema, en su propia carpeta.

Reconoce que le disgusta la improvisación y por ello observa preocupado las formas que van adoptando los debates de las principales reformas. "Veo una política agrietada y que se puede agrandar más", afirma al criticar, por ejemplo, la discusión de la reforma a las pensiones que no aborda -a su juicio- los temas de fondo como la informalidad, el aumentar la edad de jubilación y la rentabilidad. "Todo se ha centrado en quién administrará y no en generar mejores pensiones. El eje nos preocupa porque se instalan etiquetas y se evaden los debates", sostiene.

Aunque comenta que la semana terminó bien con la aprobación en la Cámara de Diputados de la reforma tributaria (RT), no oculta su inquietud por el gallito entre el gobierno y la diputada Camila Vallejo (PC) por rebajar la jornada laboral, situación que los llevó a crear una mesa de diálogo con las pymes y centrales sindicales: "Tenemos el deber con la sociedad de generar puentes para construir entre todos un muro de contención donde el hormigón sea una mirada con responsabilidad, y el fierro, los estudios, que nos han faltado en esta discusión", asegura.

¿Quién tiene que colocar el hormigón?

-Hoy más que nunca necesitamos entender que el trabajo es de todos, no de algunos. Creemos en el diálogo honesto -no solo decir te escuché, como ocurre en algunas comisiones en el Congreso-, empático, constructivo, transparente -hacer las cosas con las puertas y ventanas abiertas-, y generoso, entendiendo que necesitamos una sola agenda y no agendas individuales ni interesadas que nos pueden llevar a "hacer y decir" de acuerdo a las encuestas, y eso es peligroso. Estamos preocupados por el virus de la polarización en Chile y creemos que esos elementos son el antídoto.

¿Es parte de ese antídoto la mesa que convocaron?

-Hicimos un esfuerzo único: el martes pasado, por primera vez en la historia gremial, nos hemos sentado en la misma mesa la CPC y sus 6 ramas, el mundo de las pymes (Conapyme, Asech, y Multigremial) y tres centrales de trabajadores. Y lo más increíble es que dialogando bajo los 4 elementos, salimos con un solo mensaje: tenemos que romper la lógica de empresas contra trabajadores, grandes contra pymes, hoy es "con".

¿Cree que el mundo político entrará en esa lógica?

-Más que mirar en lo que están, queremos invitarlos a trabajar con el sector real. Nuestra mayor preocupación, de todos los que nos juntamos, con la discusión de 40 o 41 horas de jornada, fue que nunca consideraron nuestra opinión. Como dijimos, siendo claramente el proyecto del gobierno superior al de 40 horas, los dos comparten un pecado original: que nunca pidieron nuestra opinión, la de esa mesa.

Llamó al gobierno a salir de los matinales. ¿Tuvo buena recepción?

-Nosotros no hacemos llamados a los gobiernos, sino que a la discusión de política pública. Creo que hoy tenemos que perder el gusto a los likes y tomarle más el gusto a la política pública en profundidad, con estudios, no podemos seguir tratando de administrar a este país por frases.

¿Se siente responsable de que el gobierno aplace la discusión de jornada?

-¿Me está declarando culpable? Nosotros tenemos que ser responsables y por eso iniciamos esta mesa con todos y la academia para que otorgue las evaluaciones que aquí faltaron. Acá hubo una batalla comunicacional que el gobierno perdió, hubo una batalla política que también estaba perdiendo… A mí me sorprende la responsabilidad de los chilenos, porque cuando les preguntaron por trabajar menos horas, la aprobación no llegó al 100%, sino que solo al 70%, porque los trabajadores miran su realidad y entienden que si van a trabajar menos horas, les va a afectar en sus comisiones. Entonces, decir que no tiene impacto en salarios, la verdad es no haber pasado Economía.

¿Quiénes: la diputada Vallejo, el gobierno?

-La discusión, la discusión.

¿Pero qué le pareció el aplazamiento?

-Desde el Foro Trabajadores Empleadores, que no es Comisión CPC, y por favor no le llamen más así, es una buena alternativa que nos den tiempo para estudiarlo. Y la otra mirada espero que venga del mundo político y respondan "¿qué pasó?".

¿Por qué no pudo convencer a la CUT de sentarse en este Foro?

-Hablé con su presidenta, Bárbara Figueroa, y les complica que estén las otras centrales. Y yo digo "bueno, con las otras nos sentamos en la mesa, y con la CUT, encantado de sentarme en un escritorio", porque esto es una invitación a dialogar, no a botar ni a criticar nada. Creemos que restarse del diálogo no le hace bien a nadie, ni a la misma CUT. Entiendo y empatizo con la presidenta de la CUT, porque debe equilibrar su rol político con el sindical. Yo tengo la suerte que no tengo que hacer esos equilibrios…

Pero Ud. tuvo que equilibrar cuando el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, se mostró más proclive a reducir la jornada, provocando molestia en el resto del empresariado. Ex post ¿cómo analiza ese episodio?

-Primero, mi rol no es ser comentarista de declaraciones. Lo que sí puedo decir es que nosotros debatimos y hoy tenemos una mirada común, las 6 ramas. Dimos una señal cuando concurrimos al Ministerio de Hacienda y no hubo más que un equipo unido, afiatado. Me quedo con los hechos concretos como ése, y que en el Foro también estaba sentada la Sofofa en el mismo pie. Para mí no hay tema.

¿No quedan deterioradas las relaciones con este tipo de diferencias públicas?

-Hay que valorar una cosa: nosotros tenemos opiniones distintas, las vamos a seguir teniendo, pero nunca vamos a dejar de lado nuestra responsabilidad con la sociedad donde el primer paso es la unidad.

¿Qué le parece que por segunda vez en un gobierno de Piñera la música la esté poniendo la diputada Vallejo?

-Lo único que creo es que todos pueden poner música, lo relevante es si uno quiere bailar o no con ella. Nosotros no vamos a bailar con esa música.

¿Qué piensan del aumento de costos laborales, si se concreta el incremento de cotización más allá del 4% propuesto originalmente?

-Mire, estamos de acuerdo en hacer un esfuerzo por pensiones, por sala cuna, en evaluar con seriedad una reducción de jornada, pero con todo estamos yendo a un 20% de mayor costo laboral. Ahí sí me preocupa como sector empresarial que hoy está mucho más difícil ser empresa. Nosotros estamos y vamos a seguir estando disponibles para estas políticas públicas, pero también digámoslo con fuerza: todo el esfuerzo hoy día lo está haciendo la empresa a través de mayores costos laborales.

¿Por qué es difícil hacer empresas?

-Está más difícil, que no es sinónimo de imposible, para no caer en las exageraciones ni en los llamados apocalípticos que no nos gustan. Nos preocupa que estemos enfrentando la cuarta revolución industrial con un lenguaje de los años 60.

¿También está afectando el crecimiento del país?

-Se ha hecho un análisis muy simplista del segundo trimestre, porque se han concentrado en el crecimiento del 1,9%, pero la inversión creció un 4,8%, y más relevante aún es que la inversión que genera empleo creció un 6,4%, que es el mayor aumento de un trimestre desde 2013. También nos sorprendió el fuerte dinamismo de la masa salarial.

Pero aún así las expectativas de crecimiento para este año van cayendo

-A las llamadas alarmistas les pido que profundicemos los números, las malas noticias se terminan agrandando, y en vez de sobrerreacción hoy necesitamos realismo. Entiendo que el número madre, que es el crecimiento, no puede dejar contento a nadie, pero hay algunos números hijos y nietos que nos deben dar cierta tranquilidad para lo que viene.

Dicho eso, ¿cree que el crecimiento estará más cerca del 3% o del 2,5% este año?

-Nosotros tenemos que trabajar para que los números se den, la buena noticia es que el partido se juega en casa. Hacienda lanzó una política fiscal expansiva que nos agrega un crecimiento en torno al 0,35%, y en 2020, un 0,5%; si le agregamos la RT estimamos que sumará un 0,5%, entonces hoy tenemos en manos del gobierno y del Congreso un 1% de crecimiento, ya sea por el presupuesto o por RT. Si sumamos el aporte de la política monetaria, tenemos internamente casi un 1,3% de crecimiento en nuestras manos. Por eso, la polarización de las últimas semanas preocupa porque cuando no hay diálogo, asusta, genera más pesimismo; es tiempo de jugar en un solo equipo y en una sola cancha.