El gobierno decidió ingresar el proyecto de ley que obliga a cotizar a los trabajadores independientes.
La iniciativa considera que el pago de las cotizaciones serán efectuadas en la declaración anual de impuesto a la renta de cada año, y serán destinadas para pagar, en primer lugar, el Seguro de Invalidez y Sobrevivencia (SIS), luego el seguro social contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, en tercer lugar, el seguro para el acompañamiento de niños y niñas, en cuarto lugar las cotizaciones de salud común, en quinto puesto de preferencia se ubican las cotizaciones a la cuenta de capitalización individual y la comisión de las AFP, y en último lugar los saldos insolutos pendientes, dice el proyecto.
El texto plantea que la retención mensual de los honorarios de los independientes suba de forma gradual por ocho años, en un 0,75% anual, hasta alcanzar el 16% en 2026, y en el noveno año, se incrementará en 1 punto para llegar finalmente al 17%. Este aumento de 0,75 pp por año irá a pensión. Los trabajadores independientes a honorarios quedarán cubiertos en todos los regímenes de seguridad social.
El fundamento para el proyecto es aumentar la frecuencia de las cotizaciones de este tipo de trabajadores, con el fin de mejorar las pensiones y que tengan cobertura social. Sin embargo, se debe tener presente que el origen de esta idea de obligar a cotizar a los independientes no es buena. Por una parte, significará un innecesario mayor costo fiscal, así como también provocaría un mayor mercado informal. Es probable que parte de los independientes prefiera la informalidad para evitar la cotización. Es cierto que la extensa gradualidad aminora dicho impacto, pero el incentivo es el mismo.
Ante esto, lo ideal es buscar una forma alternativa para las personas que tienen mayores lagunas previsionales, que tienen el problema de las bajas pensiones, ente los cuales también figuran trabajadores independientes, pero que han cotizado por algunos años.