En los últimos días no ha habido muy buenas noticias para automovilistas ni tampoco para los usuarios del transporte público. Claro, porque las bencinas completaron la undécima alza consecutiva, mientras el Transantiago aplicó un nuevo aumento en la tarifa del pasaje.
Sin embrago, los servicios de transporte a través de aplicaciones móviles tienen buenas noticias para sus usuarios.
En Cabify, por ejemplo, no quisieron traspasar a sus usuarios el alza de la gasolina (que en algunas comunas del país ya supera los $ 1.000 por litro) y optaron por amortiguar el golpe bajando las comisiones que le cobran a los conductores de un 25% a 15%.
La compañía evaluó su medida como positiva ya que comentan que habrían llegado conductores de otras plataformas de viajes atraídos por esta baja en la comisión.
Consultados por Pulso, Uber también dijo que no han subido el precio de los viajes y que "en caso de que se aplique algún ajuste, las tarifas serán informadas previo a la solicitud del viaje".
Dolor de cabeza para los taxis
Las medidas adoptadas por estas plataformas una vez más dejan mal parado a los taxis tradicionales, que no tienen mucho margen para amortiguar el alza de la bencina sin tener que subir el precio a los pasajeros.
El presidente de la Confederación Nacional de Taxis de Chile, Luis Campos, estimó que deberían aumentar su tarifa cerca de $10, pero admitió que si una medida así se concreta "sería imposible competir con Uber".
En esa línea, el dirigente pidió que, además de una regularización a las aplicaciones móviles, haya un bono o subsidio a los taxistas para amortiguar las alza en los combustibles. Pero esto lo ven poco probable debido al discurso de austeridad de la actual administración.