"El sector inmobiliario estuvo en el centro de las seis mayores crisis bancarias en economías desarrolladas desde 1970, y en 8 de las mayores crisis bancarias en Asia y Latinoamérica desde 1990".
Con esa frase comienza un capítulo especial que incluyó el Banco Central en el IEF, donde analiza la evolución del sector inmobiliario residencial en la última década, incluido los precios, y concluye que ésta "ha sido coherente con la evolución de la macroeconomía y el desarrollo del país".
En ese sentido, ayer el presidente del Central, Mario Marcel, detalló que en primer lugar, en Chile ha habido un desarrollo importante del crédito hipotecario.
En segundo lugar, se han alcanzado niveles de propiedad relativamente altos frente a estándares internacionales, de hecho, el IEF destaca que "el principal activo de los hogares en Chile es su vivienda.
En comparación, Chile es un país con una alta tasa de tenencia de vivienda, la que se ubica entre 60% y 70%". Esto es similar a la tasa exhibida en EEUU, Canadá y el Reino Unido, en donde entre el 64% y 69% de los hogares son dueños de sus viviendas.
En tercer lugar, "ha habido un incremento regular de los precios de las viviendas que es del orden del 5% real por año", comentó.
Así, el IEF concluye que "el crecimiento de los precios de vivienda ha sido coherente con el crecimiento del ingreso de los hogares, y el desarrollo financiero del país en las últimas décadas, en un contexto de oferta de tierra relativamente inelástica, al menos en el mayor centro urbano del país.
Del mismo modo, situaciones excepcionales como la reforma tributaria de 2014, o fuertes shocks de actividad como el ocurrido en 2009 -y la posterior recuperación- fueron importantes en la dinámica de los precios en el corto y mediano plazo".
Por otra parte, el IEF también menciona a los deudores hipotecarios con más de un crédito en la banca, quienes podrían estar adquiriendo viviendas con el objetivo de arrendarlas, y que representan cerca de un 30% del stock de deuda hipotecaria bancaria al segundo trimestre.
"Si bien esta tendencia contribuye a la profundización del mercado de arriendo, existen riesgos asociados que deben ser monitoreados. En primer lugar, la información disponible sugiere algún grado de concentración geográfica de las viviendas destinadas para arriendo, reduciendo en parte la diversificación de riesgo por parte de estos agentes", comenta el IEF.
Recalca lo que ha mencionado antes, que "no existe un registro consolidado de deudas que permita a los oferentes de crédito que participan en este mercado conocer el nivel de endeudamiento de los agentes, limitando de este modo la evaluación crediticia", comenta.
De hecho, el ente emisor dedicó un recuadro especial para hablar de este tema, donde concluye que "quienes simultáneamente mantienen obligaciones con oferentes de crédito que no comparten información de deuda, tienen mayor probabilidad de incumplimiento. Esto se produce por una evaluación crediticia parcial, en la cual se subestiman la carga financiera total y la probabilidad de impago de los agentes".