American Airlines, afectada por la caída del tráfico aéreo en tiempos de pandemia, advirtió este miércoles que podría despedir hasta 13.000 empleados si la situación no mejora y si no se prorrogan las ayudas gubernamentales vigentes hasta el 1 de abril.
“Trabajaremos con los líderes sindicales para hacer todo lo posible para mitigar el impacto en el empleo tanto como sea posible”, dijeron ejecutivos de la empresa en una carta a los empleados.
Pero la situación es complicada para la industria aérea. “La vacuna no se está distribuyendo tan rápido como se pensaba, y las nuevas restricciones en los viajes internacionales que requieren que los clientes den negativo en la prueba de covid-19 han reducido la demanda”, escribieron en la misiva Doug Parker, el CEO de la empresa, y Robert Isom, el director de operaciones.
“Con base en la perspectiva de demanda actual, no operaremos todos nuestros aviones como estaba planeado este verano (boreal)”, afirmaron.
Por lo tanto, el grupo comenzará a enviar notificaciones de despido a 13.000 empleados el próximo viernes.
En una línea similar, United Airlines envió notificaciones a 14.000 empleados el viernes pasado.
El anuncio de American Airlines no se traduciría necesariamente en tantos despidos: United Airlines advirtió a 36.000 trabajadores en julio que podrían ser despedidos, pero finalmente dejó ir a 13.000 de ellos en octubre, cuando expiró la ayuda del gobierno.
La compañía ofreció volver a contratarlos en diciembre, cuando se adoptaron nuevas medidas de apoyo al empleo en la industria aérea. Estos expiran el 1 de abril.
En su carta a los empleados del miércoles, los ejecutivos de American Airlines insisten en que están presionando a los legisladores estadounidenses, junto con los sindicatos, para una extensión de esta ayuda.
El nuevo presidente Joe Biden propone un rescate de US$1,9 billones para la economía de Estados Unidos, que actualmente se debate en el Congreso.
Al mismo tiempo, American Airlines abrirá nuevos planes de salidas voluntarias y licencias no remuneradas en Estados Unidos para empleados que no sean pilotos.
Duramente golpeada por la caída en las ventas de boletos de avión desde el inicio de la pandemia, la compañía vio su facturación colapsar en un 62% en 2020. Perdió US$8.900 millones en el período.