"Los economistas tendemos a ser sobre-optimistas respecto de las capacidades y motivaciones de las personas. Hay algunas áreas donde esto es más evidente, como el ahorro para la jubilación", sostuvo a PULSO Andrea Repetto, académica de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Experta en la materia, da contexto a la discusión a la que se sumó el premio Nobel de Economía, Richard Thaler, dejando más dudas que respuestas. Su nombre salió al ruedo luego que el diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, se refiriera a "la paradoja de la libre elección" tras el discurso de la cuenta pública del Presidente Sebastián Piñera del sábado pasado, lo que fue vinculado en twitter a su posición contra la posibilidad de que la reforma de pensiones establezca que las personas sean las que decidan quién administra sus fondos.
Un usuario en esa red escaló la discusión al preguntarle al propio Thaler si estaba de acuerdo con que "las personas no pueden elegir", por lo que habría que quitarles la opción de que elijan qué hacer son su dinero.
"Obviamente no", dijo tajante el Nobel, para después retroceder rápidamente. "Mi tweet está siendo mal interpretado. Estúpido de mi parte participar en un debate que tiene lugar en español. El número correcto de opciones depende de las circunstancias", indicó.
¿Qué dice la teoría?
Repetto, doctorada en economía en el MIT, explica en términos simples que tanto Thaler como otros académicos de renombre han demostrado que "cuando se trata de un detergente, de una bebida, toda la gente elige. Pero cuando es sobre el ahorro para la pensión, un asunto de largo plazo, financiero, la gente siente que se puede dejar para mañana, que es más importante el consumo actual y tangible, por lo que un porcentaje muy grande no elige".
Según señala, el citado premio Nobel indagó con otros colegas en el caso sueco, donde la gente tiene la libertad de decidir dónde va una parte de su aporte obligatorio, pero el 99% termina en un fondo base, al que se llega por default cuando no hay elección. El académico de la Universidad de Harvard, Raj Chetty, estudió por una década la situación de Dinamarca y llegó a una conclusión similar: los daneses entran a un fondo vinculado al empleador, pero cuando se cambian de trabajo, es decir, cuando deben elegir, terminan en uno base similar al sueco.
"Es una fantasía pensar que están tomando la mejor opción para ellos. No están tomando ninguna opción", asegura la economista, marco en el cual señala que tiende "a estar al lado de Jackson. No en que no se tenga libertad de elección, sino en que se regule esa libertad y que se asegure una respuesta para la gente que escoge no elegir".
De hecho, a su juicio este dilema no dista mucho al que enfrentó el sistema de AFP en el pasado. "Cuando quieres vender ahorros, la manera de hacerlo es con vendedores, tal como sucedió con las AFP al principio. Te iba a ver un vendedor, te ofrecía una bicicleta, una tele... Es muy caro vender y en general la gente termina comprando no porque es lo más rentable y apropiado para ellos, sino porque el vendedor te convence". En ese contexto, detalla que "la solución finalmente fue la licitación, que implica que la gente no decide en qué AFP está, sino que se le incluye en la más barata por un período de tiempo".