La economista y académica de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrea Repetto, se muestra en contra del segundo retiro del 10% de los fondos de pensiones y que, además, sea sin aplicar impuestos a los tramos de más altos ingresos.

El Senado está debatiendo el segundo retiro del 10% de los fondos de pensiones y tiene una alta probabilidad de ser aprobado, ¿qué fallas han tenido las políticas para llegar a esta situación?

La pandemia nos pilló bien preparados en términos de capacidad del Estado para financiar los apoyos necesarios. Pero no nos pilló bien preparados en la capacidad para llegar con agilidad a las familias. Los apoyos iniciales fueron diseñados para una emergencia que sería muy corta, entregando pocos recursos, por poco tiempo a pocas familias. Eso se extendió después, pero la forma de entrega ha sido confusa, con trámites y condiciones, y algo tardía. Un objetivo central de estas políticas es dar la certeza a las familias de que podrán tener recursos para financiar sus gastos más importantes. El primer 10% se entiende en ese contexto. Pero este segundo ya no. Sin embargo, si la oposición de entonces hubiera aceptado discutir la propuesta de pensiones de Bachelet, probablemente no estaríamos en esta situación de retiros de fondos desde las cuentas individuales.

Una de las críticas que hace es que el retiro es libre de impuestos incluso para los sectores de altos ingresos, ¿se equivocan los parlamentarios de centro izquierda?

Me llama la atención su renuncia a dos cuestiones centrales de su ideología. La primera es que en una emergencia como esta, las soluciones efectivas deben considerar la solidaridad. Pero la solución propuesta es que cada uno se las arregle con lo propio. La otra es que los impuestos deben ser progresivos, que son una herramienta para redistribuir. Pero han preferido favorecer a los que más tienen con esta medida.

¿Cómo se podrá argumentar después en una reforma tributaria que paguen más los que tienen más?

Se ha perdido credibilidad para aquello. La credibilidad es algo difícil de reparar.

Ante la cantidad de recursos que implica el retiro de los fondos y la popularidad que tiene, qué medida del gobierno podría hacerle frente?

En esta ocasión hay cada vez menos personas que puede retirar recursos y en general son personas más vulnerables. El ejecutivo es quien puede atenderlos a ellos, a quienes más lo necesitan y se están quedando fuera.

Algunos expertos han dicho que de aprobarse el segundo retiro, la reforma a las pensiones no tendrá viabilidad. ¿Lo ve así? O al contrario ¿debería acelerarse su discusión?

Una reforma efectiva se hace más cuesta arriba, no sólo porque ahora el sistema contará con menos recursos, sino también porque estas medidas hacen más difícil dialogar y llegar a acuerdos. Aun así, el problema de las bajas pensiones actuales y de los que están por pensionarse es uno que hay que abordar con urgencia. La discusión debe acelerarse.

¿Hacia dónde debería avanzar la reforma de pensiones? ¿El alza del 6% en la cotización debería ir todo a un fondo solidarios, o bien mantener un porcentaje a cuentas individuales?

Tenemos un sistema muy desbalanceado, con un componente demasiado importante del ahorro individual. La parte individual provee de incentivos, pero es muy insuficiente en proveer de protección. Que la nueva cotización vaya completa a solidaridad permite agregar protección al sistema, en particular para los grupos medios, y a la vez atender a los actuales pensionados y a quienes están cercanos a jubilarse.

¿Cuál debería ser el nuevo sistema de pensiones que debería tener Chile? ¿Con o sin capitalización individual?

Hay que combinar las cuentas individuales con elementos de real protección. Necesitamos un sistema más balanceado entre lo solidario y lo individual. También que sea pragmático en su financiamiento dadas las restricciones fiscales.