Menos de un mes antes del 18 de octubre, el entonces presidente de la Asociación de AFP, Andrés Santa Cruz, renunció a dicho cargo, luego de haber emitido desafortunadas declaraciones en el marco de sus críticas a la discusión por el retiro anticipado de pensiones y el movimiento No+AFP. Desde ese momento, el hombre gremial que también lideró hace algunos años la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) y también la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) ha mantenido un bajo perfil, salvo por sus opiniones en Twitter, generalmente en contra del Partido Comunista. Pero esta semana decidió referirse a la contingencia nacional. Cerca del epicentro de las manifestaciones, desde la Asociación Chilena de Seguridad -institución de la cual es director- conversó con Pulso Domingo.
¿Aprueba o rechaza la idea de una nueva Constitución?
-Tengo sentimientos encontrados. Me parece que necesitamos una Constitución en que todos se sientan parte de ella, que no sea un factor de división, y avanzar en ello no solo me parece razonable, sino que bueno. Pero que haya una presión a través de la violencia para forzar este tema me preocupa. Estoy en un proceso de reflexión.
¿Qué mantendría y qué cambiaría de la Constitución?
-En primer término, mantendría el respeto a la persona y todo lo que dice relación con los derechos humanos y la libertad individual. Después está todo lo relacionado con el derecho a la propiedad, el que existan los debidos procesos, tribunales independientes y un sistema democrático para elegir a las autoridades. Tener un Banco Central autónomo es fundamental, al igual que la existencia de un Tribunal Constitucional.
No respondió qué cambiaría de la actual Constitución…
-No hay nada en la Constitución que no permita solucionar los problemas sociales, que son algo a lo que nos debemos abocar. Mejorar pensiones, el CAE en la educación, los problemas en salud y los cambios tributarios no necesitan reformas a la Constitución. Podríamos conversar si en algunas materias los quorums que existen debieran ser un poco más bajos. Pero lo que importa hoy es cómo logramos caminar en conjunto para que tengamos un país unido y para que retomemos la senda del diálogo, entendimiento, de la amistad y que los beneficios del desarrollo le lleguen a todos.
¿Cómo ve al país en este minuto?
-Con preocupación por los niveles de violencia, intolerancia y descalificación a los que hemos llegado. Hemos perdido la capacidad de encontrarnos, respetar al otro y llegar a acuerdos. Nadie es dueño de la verdad, se construye entre todos.
¿Cómo evalúa en este contexto a los empresarios, dirigentes sociales y políticos?
-Hay que hacer mucho más. Veo voluntades, pero aún descalificaciones, insultos y beligerancia. A todos nos falta bastante humildad, respeto y, por sobre todo, dejar de pontificar.
¿Cómo ha visto el accionar del gobierno?
-En estas circunstancias no tengo claro quién lo podría haber hecho mejor.
¿Es del 6% que aprueba al Presidente?
-Dada la situación, la posibilidad de hacerlo bien y que todos estén bien no existe. El clima no permite que haya un manejo que deje a todos tranquilos. ¿Si otro lo hubiera hecho mejor? No lo tengo claro. Nadie leyó que esto se venía encima. Ha sido tal el desconcierto de la clase política, que ha imposibilitado tomar las medidas que la sociedad ve como un camino posible.
¿Tiene diferencias con la conducción de Piñera?
-Tengo diferencias, pero lo que sí tengo claro es que este gobierno fue elegido democráticamente por un periodo de cuatro años y, por ende, debe terminar su periodo.
¿Y en qué está al debe el empresariado?
-Hemos trabajado en construir soluciones para la gente, pero no hemos construido soluciones con la gente. Nos falta como clase empresarial cambiar esto último. Todos lo podríamos haber hecho mejor. Hoy hay que preocuparse de escuchar más.
¿Qué falta hacer para calmar la rabia y violencia que se ve en las calles?
-Debe haber una condena fuerte y clara de todos a cualquier tipo de violencia. No puede haber ambigüedades y justificaciones de la violencia si es de un lado u otro. Se equivocan los que creen que siendo ambiguos en esta materia cosecharán algo, porque aquí lo único que se cosechará si esto no cambia son los populismos desatados de derecha y de izquierda, sin respeto a los derechos humanos.
Habló de violencia. ¿No le violenta que el 50% de las mujeres tenga pensiones mensuales en torno a $110 mil, cuando hace décadas se habló de lograr sobre un 70% en tasas de reemplazo o que nuestro sistema de pensiones era como un Mercedes Benz?
-No creo que eso sea violencia. Más bien creo que es injusticia, desigualdad. A lo que se suman malos discursos. Al calificar de violencia cuando alguien hace promesas y éstas no se cumplen, entramos a un espiral de 'si existe esta violencia, por qué no reaccionar con esta otra violencia'. Si alguien siente que eso es violencia, no da derecho a reaccionar violentamente, pero sí tiene derecho a exigir cambios.
Pensiones
¿Está de acuerdo con la nueva propuesta de reforma a las pensiones del gobierno?
-Necesitamos una reforma previsional sí o sí. Es un tema que no puede esperar. Hay que mejorar las pensiones de hoy sin afectar a los pensionados del futuro. Es fundamental incrementar la tasa de cotización y ojalá llegar a los niveles que rondan el 19% de los países OCDE. Lo más razonable es que todos los aportes adicionales vayan a las cuentas individuales y que la solidaridad, que es necesaria, se haga a través de impuestos, porque así los que más tienen ponen los recursos para la solidaridad. Sin perjuicio de lo anterior, si para que hoy se pueda lograr un acuerdo por Chile tenemos que destinar unos puntos extra de la cotización hacia solidaridad a través de reparto -porque no hay recursos fiscales para mejorar las pensiones de la clase media-, mientras sea algo temporal y si eso posibilita a acuerdos, creo que hay que avanzar. No creo que sea la mejor solución, pero lo más importante es tener una reforma sí o sí y buscar restaurar la cultura de los acuerdos. Pero dejémosle claro a la gente que la solidaridad la están financiando quienes viven de un sueldo y que no son los más ricos de Chile.
¿Estaría de acuerdo que para tener una mayor recaudación fiscal se impulse la idea de crear un impuesto patrimonial para los más ricos del país, para que así el peso de la solidaridad no se lo lleve la clase media?
-Debemos tener un sistema tributario donde los que más tienen sean los que más pongan. Pero tenemos que ver cuáles serían los instrumentos. Hay voces que dicen que el impuesto patrimonial es un mal sistema.
¿Ha estudiado el impuesto patrimonial?
-No lo he estudiado. Pero soy partidario de los impuestos al flujo, no al patrimonio.
El tema previsional lleva años discutiéndose, ¿fue el sector privado intransigente a los cambios?
-El sector debió haber dicho hace 20 años que con los parámetros de tasa de cotización, dado el problema de la densidad de cotizaciones de las personas -sobre todo los independientes-, no iban a darse las pensiones que prometió el sistema. No recuerdo que se haya planteado y ahí, evidentemente, hubo una falla de los principales actores del mercado en ese momento que no tuvieron una visión de largo plazo. Tampoco se dieron cuenta que el sistema sería analizado, enjuiciado y evaluado por las pensiones que pagaba y no por la rentabilidad que generaba.
¿Le gusta la idea de que las AFP devuelvan comisiones ante retornos negativos, como propone el gobierno?
-Eso generará que las AFP sean más conservadoras en sus inversiones. Eso no ayuda en nada a las pensiones. Dicho eso, si nos dicen que hay que avanzar en esta materia, diría 'Ok, avancemos', pero hagámoslo bien. Como las inversiones de las AFP son a largo plazo, me parecería razonable que si tuviéramos series de años móviles, por ejemplo cinco, donde se perdiera plata, se considerara la devolución de comisiones.
¿Cómo ve la propuesta de que toda la cotización extra de 6% no pueda ser manejada por las AFP?
-Eso no apunta a mejorar las pensiones de las personas, más aún cuando las AFP lo han hecho bien, en forma seria y rentable. No me queda claro que lo mismo ocurrirá cuando la plata la maneje un ente estatal, porque cuando hemos visto administraciones estatales, ¡por Dios que se ha perdido plata! Respecto a otras instituciones que administren cotizaciones y que haya competencia, bienvenido sea, mientras todos lo hagan con las mismas reglas, en la misma cancha. Es insólito que la gente no pueda elegir quién administra su 6% adicional.
En línea con la discusión de la legitimidad del sistema de pensiones, ¿qué propuesta de cambio se le ocurre para mejorar este aspecto?
-Que los directores que nombran las AFP para las sociedades anónimas puedan ser elegidos por los afiliados de cada AFP en base a una terna propuesta por la administradora vía head hunter. Que se levanten buenos candidatos y que los afiliados elijan al director correspondiente a su AFP.
¿Por qué en su gestión en el gremio de las AFP no se escucharon estas propuestas más innovadoras?
-En los gremios hay que representar el consenso. Además, en el Chile de hoy debemos buscar caminos para producir acuerdos.
¿Estaría de acuerdo con terminar con el sistema de pensiones exclusivo que tienen las FF.AA. y Carabineros?
-No debe estar ausente en la conversación y se tiene que poner sobre la mesa. Es un sistema distinto por las condiciones distintas que tienen estos funcionarios, pero me pregunto, ¿se justifica que sea tan distinto? Conversémoslo.
Hace algunos meses usted mostró vehemencia para oponerse a la idea de que alguien, en una situación especial, pudiera sacar parte de sus ahorros de pensión para otros fines. ¿Ha modificado en algo su postura al respecto?
-En los casos de enfermedades terminales, me parece lógico que se pueda retirar una parte de la plata ahorrada. ¿Cuánto? Hay que analizarlo. Los otros tipos de problemas sociales de las personas hay que solucionarlos con otro tipo de políticas sociales, no con la plata de las pensiones. Estos recursos son para pensiones, si no fuera obligatorio, nadie ahorraría y después alguien tendría que hacerse cargo.
CPC, agua y apoyo al Presidente
¿Le gusta el nombre de Juan Sutil para liderar la CPC?
-He visto varios nombres rondando. Es bueno que varios empresarios tengan la posibilidad de liderar al empresariado en estos momentos. Eso habla bien del sector empresarial. Necesitamos alguien que tenga decisión, compromiso, que reafirme la unidad del sector empresarial. Tenemos que hacernos cargo de las legítimas demandas de la sociedad y ver cómo aportamos para soluciones con la gente.
¿Alguien que le guste más para liderar este desafío?
-Hay que ver quiénes se plantean para liderar esto. Tiene que producirse una elección competitiva. Juan Sutil, Guillermo Tagle y Patricio Donoso cumplen las condiciones, son grandes personas, muy capaces, comprometidos con el desarrollo de Chile y con sensibilidad.
¿Cómo percibe al empresariado en esta coyuntura?
-El empresariado está muy preocupado, pero hay esperanza en Chile y en los chilenos, que lograremos salir con un país mejor, abordando una serie de problemas que sabíamos que existían, pero no nos dimos cuenta de la urgencia que tenía abordarlos y cómo podíamos contribuir a buscar caminos de solución. Alguien debe poner los recursos y una de las fuentes más importantes es crecer, para eso necesitamos orden público, estabilidad en las reglas del juego, que la gente esté contenta y que los frutos del crecimiento lleguen a todos.
Usted es un hombre de campo, ¿qué le parece que en Chile alguien que obtuvo los derechos de agua de forma gratuita y a perpetuidad los pueda comercializar y que éstos no pertenezcan a todos por igual?
-Los derechos de agua son un bien nacional de uso público y si antes hay una necesidad de consumo humano, me parece lógico que así sea. Como agricultor digo que el uso del agua que tenemos es exclusivamente para el riego de las propiedades. Ahora bien, si es que hay que subirles las patentes a quienes especulan con los derechos o que se establezcan mecanismos de caducidad, está bien. Pero si en el sector agrícola no tenemos seguridad de los derechos de agua, ¿cómo plantamos un frutal? El derecho de propiedad sobre las aguas, para mí, es un derecho fundamental para que haya inversión, pero siempre supeditado a la prioridad del consumo humano. A los agricultores no les sobra el agua.
Si el Presidente le pidiera un consejo, ¿qué le diría?
-Ánimo. Ánimo, Presidente. Sigamos en la batalla por sacar a Chile adelante entre todos.