Era un día de definición, pero primó la indefinición, y en todo momento rondó el fantasma de la negociación gobierno-DC en la Reforma Tributaria.

Ayer la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados debía someter a votación la idea de legislar de la Reforma Previsional. Para ello tenía una hora que se ocupó entre los discursos del presidente del grupo, diputado Raúl Soto (DC), y los ministros de Hacienda y Trabajo, Felipe Larraín y Nicolás Monckeberg, que expresaron su disposición a conversar y fueron respondiendo el petitorio de 10 mínimos comunes presentado por la oposición el lunes (ver página 15). No obstante, la oposición acusó que no hubo un compromiso formal del Ejecutivo frente a sus planteamientos.

En lo anterior se gastaron los 60 minutos de la citación, sin poner en votación el proyecto. "Deplorable que nos citen para votar y no se concrete. Hoy se actuó dilatoriamente, tanto por parte del presidente como de los ministros, que se tomaron todo el tiempo para hablar puras vaguedades", indicó el diputado Gastón Saavedra (PS), integrante del grupo.

Tras ello Soto citó para el lunes a las 17 horas para votar, desconociendo que la "urgencia simple" vencía ayer a la medianoche, y que por ende, el proyecto quedaba inmediatamente en tabla para ser visto por la Sala en la siguiente sesión, el martes. Antes de retornar a Santiago, las autoridades les aseguraron a los diputados de ChileVamos que no cambiarían la urgencia. Sin embargo, finalmente el gobierno sí actuó y retiró la urgencia para permitir que la Comisión vote el lunes; y con el fin de evitar dilaciones advirtió que calificaría el proyecto con "discusión inmediata" el martes.

DC en la mira

Este enredo reglamentario esconde una trama de negociación política que tiene al diputado Raúl Soto en una compleja stuación.

La noche del miércoles hubo una larga reunión de la bancada DC con el presidente del partido, Fuad Chahin, donde la mayoría se inclinó por aprobar la idea de legislar si la reforma llegaba a la sala de la Cámara Baja.

En ese escenario, el presidente de la Comisión, que había anunciado que votaría en contra si el gobierno no accedía a negociar, se quedaba sin piso y en una posición muy incómoda. "Lo dejaron solo" reconoció una fuente parlamentaria.

"Si se hubiese votado ayer, habría habido 6 votos a favor, 6 en contra y una abstención (de Soto), con lo cual no se habría logrado la mayoría", reconocen algunos; aunque otros creen que el diputado DC habría votado a favor, ya que no pasó desapercibido que a la sesión asistió el jefe de bancada, Gabriel Ascencio, el único parlamentario presente que no era miembro de la Comisión.

"Entiendo que la ventana de tiempo que se abre hasta el lunes es para llegar a acuerdo. No obstante, nosotros somos de la idea de que no podemos quitar el bulto al debate previsional, y que la opinión publica castigaría el rechazo, dándole al gobierno y a la derecha gratuitamente un punto político", reconoció el diputado Gabriel Silber (DC). No muy alejado, los integrantes opositores de la Comisión creen que el "aire" hasta el lunes es para que Soto convenza a otro de ellos a aprobar esta reforma, aunque hasta ayer ninguno se mostraba convencido. "Para nosotros sería súper complicado. La DC quedaría otra vez en una situación muy compleja respecto de la oposición y de sus propios técnicos", manifestó la diputada Alejandra Sepúlveda (FREVS), también integrante de la instancia.

Se señala que si Soto rechaza la idea de legislar, va a quedar en mala posición dentro del partido, siendo díscolo por tercera vez; pero si aprueba y se suma a los diputados de ChileVamos, se deslegitimaría entre sus pares opositores en la Comisión, quienes incluso, ante este escenario, han deslizado que podrían censurar su presidencia.