Arabia Saudita puso rápidamente fin a las especulaciones sobre la normalización de la actividad en Abqaiq, la refinería de petróleo más grande del mundo que fue atacada este fin de semana. En conferencia de prensa, el ministro de Energía del país árabe, el príncipe Abdulaziz bin Salman, dijo que el 50% de la producción afectada ya está en marcha, mientras que el resto estará reparada a fines de mes.

En ese contexto se consolidaron las bajas en torno a 6% tanto el WTI como el Brent, que cerraron la jornada en US$59,2 (US$62,2 el lunes) y US$64,4 el barril, (US$69,02 cerró el lunes) respectivamente, tras registrar alzas de 15% en la previa. Esto en un día donde abundó la información contradictoria, hasta que el país árabe zanjó el asunto.

Se trataba de información crucial, dado que el comportamiento del mercado del crudo en el corto plazo dependía en gran medida de la capacidad de recuperación de Saudi Aramco, que tiene motivos adicionales para celebrar la rápida reacción tras el ataque de los drones.

Aunque en medio de la caótica reacción del mercado el lunes circuló la tesis de que la gigante petrolera suspendería su apertura a bolsa, agendada para este año, ayer se confirmó que se seguirá adelante con los planes. Saudi Aramco realizará sus presentaciones de analistas según lo programado y no ha indicado un retraso en la inclusión, dijeron fuentes cercanas al asunto a Bloomberg.

Riesgos latentes

Más allá de la pronta recuperación de 5,7 millones de barriles, es decir del 5% de la oferta diaria mundial, aún es muy temprano para cantar victoria, en función de las consecuencias geopolíticas del ataque.

"El ataque con aviones no tripulados tiene el potencial de intensificar la situación en el Medio Oriente: Estados Unidos culpa a Irán por los ataques y amenaza con represalias", recuerdan los analistas de petróleo de Commerzbank, liderados por Daniel Briesemann.

"Las esperanzas de la semana pasada de que el conflicto entre EEUU e Irán podría disminuir, ahora han desaparecido luego de los incidentes del fin de semana. Esto justifica una prima de riesgo sobre el precio del petróleo, por lo que inicialmente es poco probable que los precios vuelvan a los niveles en los que se negociaban antes de los ataques", recalcaron los expertos.

En línea con este análisis, ayer el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, informó que viajará a Arabia Saudita para discutir la respuesta a los ataques. El jefe de la diplomacia estadounidense, quien fue uno de los primeros en culpar a Irán, recalcó que "Estados Unidos tomará cualquier medida que sea necesaria para defender a nuestro país, nuestras tropas y a nuestros aliados en el Golfo (Pérsico). Pueden contar con ello".

Asimismo, los sauditas señalaron que cuentan con pruebas de la participación iraní en los ataques, todo lo cual ha sido negado por Teherán.