Argentina registró en 2018 una inflación del 47,6 % interanual, la cifra más alta desde 1991, impulsada por la fuerte devaluación que ha vivido el país en el último año, según los datos publicados hoy por el Instituto de Estadística y Censos (Indec).
En diciembre, el avance de los precios fue del 2,6 %, en línea con la desaceleración que había mostrado en noviembre, frente a la escalada que hubo a mediados de año y que tuvo un pico en septiembre, cuando la inflación mensual se situó en el 6,5 %.
En el conjunto del año, la inflación núcleo o subyacente ascendió al 47,7 %, la de los precios regulados (como la energía y el transporte), al 53,5% y la de los estacionales, al 35,2%.
El incremento en los precios de los bienes fue del 50,5%, y superó al de los servicios, del 42,8%.
Por regiones, la inflación en la Patagonia fue del 50,6%, en Cuyo (la parte occidental del país), del 49,5 %, en el noroeste y el noreste, del 47,8%, en la zona pampeana, del 47,6 % y en el Gran Buenos Aires, del 47,1%.
Argentina inició el 2018 con una meta de inflación del 15 %, una cifra que a mediados de año ya había alcanzado, tras un desplome del peso que comenzó en abril y que llevó al Gobierno a pedir un crédito al Fondo Monetario Internacional (FMI).
En septiembre, una nueva crisis financiera forzó al Ejecutivo a solicitar nuevamente al FMI que adelantase el rescate; después de ello anunció que abandonaba el esquema de metas de inflación que había adoptado tras acceder al poder a finales de 2015, y adoptó un endurecimiento en la política monetaria al congelar la emisión, una medida con la que espera rebajar las expectativas de inflación.
Para este año, el Relevamiento de Expectativas de Mercado, elaborado por el Banco Central argentino con los pronósticos de varias decenas de consultoras privadas, espera una inflación del 28,7 %.