Argentina enfrenta un complejo escenario cambiario, con un dólar que cotiza a 178 pesos en el mercado paralelo, es decir, un 57% más débil que la tasa oficial, lo que a su vez ha llevado a que en solo 20 días se haya incrementado en 45 puntos porcentuales la brecha entre el dólar oficial y el contado con liquidación, cambio implícito qué surge de un Bono en pesos en Argentina y el mismo bono en dólares en Estados Unidos.

Los hechos suceden a poco más de dos meses de que el país alcanzara un acuerdo con sus acreedores para salir del default. Pero a esta altura los movimientos del mercado cambiario dan cuenta que el pacto de agosto no fue suficiente para que el gobierno de Alberto Fernández se gane la confianza de los inversionistas, marco por el cual el ministro de Economía, Martín Guzmán, se vio obligado a tomar cartas en el asunto con reuniones cruciales durante el fin de semana.

Medidas

Junto al Banco Central y la Comisión Nacional de Valores, el jefe de las finanzas públicas argentinas determinó que el “parking”, concepto que hace referencia a los días que demora en hacerse formal la emisión de una compra de bonos, se reducirá de 15 a 3 días.

Lo anterior, para favorecer el proceso de intermediación y de esta manera incrementar la liquidez de los instrumentos locales. “Se ha observado que las regulaciones implementadas el 15 de septiembre -habían elevado a 15 días ese tiempo de espera- han tendido a reducir la liquidez del mercado, ocasionando una volatilidad que resulta dañina para el proceso de formación de expectativas”, reconoció la cartera de Guzmán en un comunicado.

Adicionalmente, se anunció una subasta de bonos por US$750 millones, con el objetivo de ofrecer una vía de salida a fondos con tenencias en títulos en pesos. “Este conjunto de acciones permitirá dotar de mayor previsibilidad y volumen al mercado financiero, interactuando de manera virtuosa con la generación de un sendero económico consistente y sostenible”, agregaron.

Esto se suma a esfuerzos ya en curso, como el inducir a los bancos a colocar el exceso de liquidez en repos de uno o siete días, en desmedro de las Letras de liquidez del Banco Central (Leliq), lo que ha hecho subir la tasa de la primera y bajado la de la segunda desde el 1 de octubre.

Crítico análisis

Sin embargo, este tipo de esfuerzos no generan ni un poco de optimismo entre los economistas extranjeros. “Todas esas medidas no sirven para nada. Son paliativas y de corto plazo. El gobierno en realidad está desarmando trabas que puso a medias y tampoco ganó nada con eso. La verdad es que no sabe qué hacer”, indica Miguel Boggiano, CEO de Carta Financiera.

En ese marco, destaca que “la dificultad está en que todo lo que el gobierno debería hacer le queda corto porque no tiene credibilidad”, algo que ha quedado reflejado en el comportamiento del mercado. De acuerdo a Morgan Stanley, la caída de 20% que han sufrido los bonos extranjeros del país desde principios de septiembre es la peor tras una reestructuración de deuda en, al menos, 20 años.

Así, Marcelo Elizondo, directo de la consultora bonaerense Desarrollo de Negocios Internacionales, coincide con el análisis crítico de su colega. “Claramente lo que están haciendo no alcanza. El problema de Argentina es de absoluta desconfianza sobre las condiciones macroeconómicas del país”. Es más, plantea que la percepción de que se viene una crisis, junto con la enorme emisión de pesos que se realizó en el marco de la crisis, hacen presumir que pueda ocurrir una desvalorización del peso aún mayor.