Argentina y sus tres principales grupos de acreedores privados llegaron a un acuerdo para la reestructuración de bonos bajo legislación extranjera que otorgará al país “un alivio de deuda significativo”, informó en la madrugada de este martes el Ministerio de Economía en un comunicado.

Según este acuerdo, que se da entre Argentina y los representantes del Grupo Ad Hoc de Bonistas Argentinos, el Comité de Acreedores de Argentina y el Grupo de Bonistas del Canje y otros tenedores, el país “ajustará algunas de las fechas de pago contempladas para los nuevos bonos” establecidas en su propuesta de canje presentada el pasado 6 de julio.

"Sin aumentar el monto total de los pagos de capital o los pagos de interés que Argentina se compromete a realizar y mejorando al mismo tiempo el valor de la propuesta para la comunidad acreedora", señala el documento difundido por el departamento.

Un nuevo plazo para formalizar

Para que el acuerdo sea efectivo y los bonistas formalicen su adhesión, Argentina, que está en recesión desde 2018, ha extendido de nuevo desde hoy y hasta el próximo 24 de agosto el plazo de vigencia de su oferta, con la que se busca canjear bonos de ley extranjera por US$ 66.238 millones.

En concreto, el comunicado especifica que los bonos de deuda a reestructurar, emitidos en 2005 y 2010 y a partir de 2016, se canjearán por nuevos títulos en dólares y euros con vencimientos en 2029, 2030 y 2038.

"Argentina, sujeto a la oportunidad en que se evidencie su apoyo por parte de la comunidad internacional en sentido general, ajustará ciertos aspectos de las cláusulas de acción colectiva en los documentos de los nuevos bonos para abordar las propuestas presentadas por los miembros de la comunidad acreedora", remarca la cartera ministerial.

La primera oferta se lanzó en abril

El Gobierno del peronista Alberto Fernández y los tenedores de bonos bajo ley extranjera mantienen intensas negociaciones desde que en abril pasado el país lanzó su primera oferta de canje, que no recibió el mínimo de adhesión necesario.

Desde ese momento, al tiempo que Argentina alargaba en varias ocasiones los plazos para llegar a un acuerdo, ambas partes han ido intercambiado varias alternativas de reestructuración.

Fue el pasado 6 de julio cuando el Ejecutivo de Fernández formalizó la que insistió era su última y definitiva oferta, con mejoras respecto a la primera, pero que fue rechazada por los tres mayores grupos de acreedores privados, que respondieron con una contraoferta conjunta.

Según se estimaba, la diferencia entre ambas propuestas, la del Gobierno y los acreedores, apenas se acortó a unos tres dólares, ya que mientras la oferta de Argentina estaba valorada en unos 53 dólares, la de los acreedores fue valorada en unos 56 dólares.

A la par de las conversaciones para solucionar el canje de su deuda externa, Argentina busca, por otro lado, llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para concretar el pago del préstamo de 44.000 millones de dólares que el organismo prestó desde 2018.

Por otro lado, la semana pasada el Senado aprobó un proyecto que busca iniciar las negociaciones entre el país y los tenedores de 41.714 millones de dólares de deuda bajo ley local.