Los famosos viñedos argentinos están teniendo dificultades para encontrar botellas de vino en medio de una escasez mundial de vidrio, en el ejemplo más reciente de como los retrasos en la cadena de suministro afectan la producción local.
La escasez se ve agravada por un incendio en una fábrica perteneciente a uno de los pocos productores de vidrio en la nación sudamericana. Los enólogos ahora dicen que los empleos y las ganancias están en riesgo si no embotellan sus productos a tiempo, mientras que los políticos locales advierten que los precios subirán para los consumidores.
“Nunca habíamos vivido una escasez como esta”, dijo Mariana Onofri, a cuya compañía de vinos homónima le faltan unas 6.000 botellas de las 30.000 que necesita cada año para sus vinos orgánicos. “Como mínimo, mis operaciones se ven afectadas por al menos seis meses más, porque no podré terminar de embotellar”.
La escasez de vidrio y sus materias primas se producen en momentos en que los enólogos luchan por mantenerse al día con el aumento del consumo de alcohol impulsado por la pandemia. Más de medio millón de puestos de trabajo en Argentina están vinculados directa o indirectamente a la industria del vino, según Bodegas de Argentina, la principal cámara vitivinícola del país.
Las exportaciones de vino de Argentina también se han disparado como resultado de la escasez de vidrio y cada vez más productos son enviados en contenedores para ser embotellados al exterior.
El 19 de septiembre, se incendió una planta de embotellado en Mendoza, provincia ubicada en la cordillera de los Andes y donde se produce la mayor parte del vino argentino, lo que redujo aún más la oferta. Los enólogos ya han venido enfrentando una escasez durante años dado que solo hay tres fábricas embotelladoras en Argentina y han experimentado dificultades para aumentar rápidamente la producción para satisfacer la demanda.
El Gobierno provincial está pidiendo a las autoridades nacionales que eliminen los aranceles sobre las botellas importadas, advirtiendo que no eliminarlos acelerará la inflación en la industria.
“Es difícil no subir los precios porque cuando importamos los costos serán enormes”, dice Alejandro Vigil, enólogo jefe de Catena Zapata, uno de los viñedos más exitosos del país. En toda la industria vitivinícola argentina, “ya teníamos un problema de oferta y el incendio de la fábrica agravó la situación”.