Argentina oficializa prohibición exportación carne y cita demanda asiática por precios altos
La medida llevó a grupos de productores agrícolas a responder con un cese de comercialización de ganado, aumentando la tensión con el Gobierno peronista encabezado por el presidente Alberto Fernández.
El Gobierno de Argentina oficializó el jueves en el boletín oficial una controvertida prohibición para exportar carne, una medida anunciada a principios de semana, que, según la publicación, se debe a una gran demanda del mercado asiático que ayudó a generar un aumento en los precios internos.
El país sudamericano, uno de los principales productores de cereales y ganado, anunció la suspensión por 30 días a las exportaciones de carne el lunes, mientras el Gobierno, que enfrenta unas elecciones claves de mitad de término en noviembre, busca desacelerar la alta inflación que sufre el país, que los analistas proyectan en cerca del 50% este año.
La medida llevó a grupos de productores agrícolas a responder con un cese de comercialización de ganado, aumentando la tensión con el Gobierno peronista encabezado por el presidente Alberto Fernández.
En el boletín oficial, el Gobierno citó la creciente demanda de carne de res, especialmente desde China, el principal comprador, que ha aumentado sus compras en los últimos años.
“Los precios han experimentado un aumento sostenido, como resultado de la creciente demanda de estos productos, principalmente del mercado de Asia”, dijo el Gobierno.
“Hay una distorsión de precios que va más allá de lo general, (alta) tasa de inflación de los alimentos e impide el suministro normal de productos a los consumidores en el mercado nacional”, agregó.
El anuncio oficial sostiene que la suspensión será levantada una vez que se asegure el suministro interno normal de carne y a precios razonables.
Argentina es famosa por sus estancias ganaderas y los asados, que son una parte central del tejido social local, con muchas reuniones de familias y amigos celebradas alrededor de las parrillas los fines de semana.
Sin embargo, el aumento de los costos de la carne ha sido objeto de un feroz escrutinio.
En meses recientes, algunos consumidores, ya afectados por tres años consecutivos de recesión, dicen que ya no pueden permitirse la carne como alimento en la mesa, ante una inflación que ha minado su poder adquisitivo.
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