"Cuando uno juzga cosas del pasado, y esto pasa en todo ámbito, con los criterios del presente, ve cosas que uno pudo haber mejorado". Con estas palabras, el gerente general de Ariztía, Paulo Ariztía, se refiere al bullado caso de colusión, denominado caso Pollos, que remeció el mercado chileno, tras siete años desde que se destapara la investigación.

"Hoy nosotros en la empresa hemos implementado mil cosas para cumplir adecuadamente todas las normas de compliance, que entre otras cosas está el tema de la libre competencia", dice Ariztía. Y ejemplifica: "Tenemos manuales de libre competencia, capacitación a toda la gente de venta y creo que hoy el estándar de Chile es muy superior al que había antes. Nosotros en este minuto lo hemos llevado al extremo". En concreto, dice que dichos manuales "básicamente lo que prohíbe es cualquier contacto con la competencia".

En 2015, tras un proceso judicial, la Corte Suprema confirmó las multas contra Agrosuper, Ariztía y Don Pollo aplicadas por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), y se ratificó la disolución del gremio que los agrupaba denominada Asociación de Productores Avícolas (APA). De hecho, "hoy no participamos de ninguna organización (...) Formamos parte inicialmente de ExpoCarnes y después pensamos que era, a pesar que significaba un costo para nosotros, mejor en esta etapa que es llevar al extremo todas las medidas, no pertenecer", dice.

¿En qué está la compañía ahora? El gerente general dice que en esta nueva etapa el foco es llegar con los mejores productos a sus clientes, pero siendo eficiente en los costos. De hecho, hace algunos años implementó un proyecto de negocios en el mayor centro de distribución de la compañía, en el que formó parte importante el software WMS de JDA, que le ha permitido conseguir eficiencias en sus procesos logísticos y ahorros de US$100.000 al año.

Por otra parte, señala que la guerra comercial entre Estados Unidos y China les abre una oportunidad en el país asiático.