El mundo del arte está cada vez más preocupado por la guerra comercial del presidente Donald Trump con China.

La lista de productos por un valor de US$200.000 millones a los que se les aplicarían los aranceles incluye pinturas, esculturas, collages, cerámica y artículos coleccionables históricos, junto con antigüedades de más de 100 años.

Los críticos del plan arancelario dicen que disuadirá a los coleccionistas privados y marchantes de adquirir arte y artículos culturales chinos, y dado que los museos dependen de las donaciones, estos y el público sufrirán los efectos. También cuestionan la efectividad de tratar de estimular la producción de EE.UU. o cambiar el comportamiento comercial de China apuntando al arte.

"Si a todo se le aplica un arancel del 25 por ciento, en realidad perjudicará a la gente aquí en EE.UU.", dijo Daniel Chen, director de la galería Chambers Fine Art en Nueva York. "¿A quién están tratando de castigar?"

Chen se encuentra entre más de una docena de personas y grupos que han enviado comentarios publicados en el sitio Regulations.gov en oposición a los aranceles. También se llevará a cabo una audiencia del 20 al 23 de agosto en Washington para que empresas y grupos evalúen los gravámenes propuestos a más de 6.000 categorías de bienes, desde productos químicos hasta llantas neumáticas y tarjetas de circuitos. La incorporación de arte y antigüedades muestra cómo la escalada de la guerra comercial afecta a sectores que no suelen estar asociados con disputas comerciales.