Basados en un análisis de experiencias previas en mercados emergentes, que incluye otros episodios vividos a nivel nacional, el International Institute of Finances (IIF) indica que la inestabilidad social en Chile "podría erosionar persistentemente la actividad".
De acuerdo a la asociación global de la industria financiera, "el riesgo de deterioro del sólido marco de política macroeconómica del país es significativo y podría tener efectos duraderos en la producción".
En el informe difundido esta semana, el IIF ahonda en las causas del estallido social que, explicando que "el PIB per cápita estancado, la alta desigualdad de ingresos, las crecientes percepciones públicas de que los actores políticos no responden y la incertidumbre política han proporcionado un terreno fértil para una mayor presión social".
En sus gráficas, también destacan que mercados emergentes con un similar PIB per cápita, como Letonia, Polonia y Estonia, muestran niveles de desigualdad sustancialmente inferiores a la nacional, lo que consideran como uno de los "factores detrás del creciente descontento social" (ver infografía).
Riesgos involucrados
Considerando este escenario, en el IIF buscaron otros episodios a su juicio similares. En ese contexto, señalan que la inestabilidad política de Chile en 1972 y 1973, de Paraguay en 1999 y de Perú en 2000, condujo a "pérdidas de producción grandes y persistentes".
De todas maneras, reconocen que los efectos observados fueron "heterogéneos", lo que a su juicio sugiere que "más allá del impacto negativo directo en el producto de las huelgas o la interrupción del negocio, los efectos podrían ser más persistentes bajo ciertos tipos de eventos". Con esto último, se refieren puntualmente a "cambios de régimen o conflictos sociales extremos que resultan en una profunda incertidumbre política".
A la hora de analizar la situación que actualmente atraviesa Chile, el IIF sostiene que "la incertidumbre significativa en torno al acuerdo sobre una reforma constitucional y los cambios estructurales resultantes, han hecho que el tamaño, la duración y las implicaciones del choque político sean difíciles de estimar".
En ese contexto, indica que "además de los efectos a corto plazo, las protestas masivas podrían erosionar el potencial de crecimiento a largo plazo de Chile", de lo que ya dio cuenta el ministerio de Hacienda, donde -tras una consulta extraordinaria a los expertos- lo revisaron a la baja desde 3% a 2,8%. Por otra parte, en el reporte apuestan por un crecimiento de 1,9% para el presente ejercicio y de 2,2% para el próximo año.
Aunque manifiestan una clara preocupación por el futuro económico del país, matizan su análisis, planteando que "aunque proyectamos que el crecimiento de Chile se debilitará, un amplio espacio de políticas y otros factores deberían moderar las pérdidas de producción". En ese marco, detallan que favorece al país el contar con "un déficit fiscal manejable, un ahorro público sustancial y un traspaso de tipos de cambio bajos, en medio de una fuerte credibilidad de la política monetaria".