Justo al cierre de Wall Street, ayer un juez distrital de Estados Unidos dio su aprobación para que AT&T pueda adquirir Time Warner por US$85.400 millones. De la fusión emergerá un gigante de las comunicaciones y el entretenimiento, que tiene sus ojos puesto en el mercado dominado por Netflix y Amazon y en la publicidad que acaparan Google y Facebook.

Sin advertir riesgos para la competencia del sector, el juez Richard Leon dio su visto bueno sin imponer condiciones. La determinación fue celebrada en el after hour de los mercados, donde hasta el cierre de esta edición las acciones de Time Warner se disparaban 4% y las de AT&T 3%.

"Esperamos cerrar la fusión el 20 de junio o antes para que podamos comenzar a ofrecer a los consumidores entretenimiento en video que sea más asequible, móvil e innovador", dijo en un comunicado el abogado general de AT&T, David McAtee.

El respaldo de la compra se dio a pesar de las críticas del presidente estadounidense Donald Trump. Cuando ambas compañías anunciaron sus intenciones, a días de las elecciones presidenciales de 2016, el entonces candidato republicano indicó que habría "demasiada concentración de poder en manos de muy pocos" y juró que su administración bloquearía la adquisición.

Sin embargo, en este caso, el mandatario no cumplió su promesa, pese a los temores que generaba al interior de ambas firmas su animadversión contra CNN, parte de Time Warner.

La decisión de la justicia estadounidense podría ser el primer paso de una consolidación del sector. Además de la aprobación que esperan T-Mobile y Sprint para su fusión, está la competencia que libran Disney y Comcast para comprar la 21st Century Fox.