El mayor riesgo para dentro de un año y medio es una “prolongada recesión económica mundial”, de acuerdo al 66% de los 350 profesionales consultados por el Foro Económico Mundial (WEF, en inglés) alrededor del globo. En su informe “COVID-19 Risks Perception Survey”, la organización da cuenta del sombrío panorama a mediano plazo, para cuando también prevalecen por encima del 50% los temores a un aumento en las quiebras y a que industrias o sectores sean capaces de ponerse en pie para iniciar una recuperación. Esto se suma los dichos el día previo por Kristaline Georgieva, directora gerente del FMI, quien reconoció que la recuperación “llevará mucho más tiempo tener una recuperación completa de esta crisis”. Así, las perspectivas de una rápida recuperación en 2021 se empiezan a desvanecer.
“Es probable que una acumulación de deuda cargue los presupuestos gubernamentales y los saldos corporativos durante muchos años, las relaciones económicas mundiales podrían ser modificadas, las economías emergentes corren el riesgo de sumergirse en una crisis más profunda, mientras que las empresas podrían enfrentar patrones de consumo, producción y competencia cada vez más adversos”, se lee en el informe difundido ayer.
El tono pesimista se explica a la luz de otras grandes preocupaciones de las que da cuenta el sondeo, donde asoman con porcentajes superiores al 45% las posibilidades de que en 18 meses se observen “altos niveles de desempleo estructural (especialmente entre jóvenes)”, “restricciones más ajustadas de movimiento transfronterizo de personas y bienes” y el “debilitamiento de la posición fiscal en grandes economías”.
Preocupaciones suman y siguen. Ante la fotografía que revela la encuesta, la directora gerente de WEF, Saadia Zahidi, destacó que "además de gestionar el impacto inmediato de la pandemia, los líderes deben trabajar entre ellos y con todos los sectores de la sociedad para abordar los riesgos emergentes conocidos y crear resiliencia frente a lo desconocido”.
Este martes también encendió las alarmas la Oficina de Presupuesto del Congreso de Estados Unidos, que en el caso puntual del país planteó que si bien el tercer trimestre mostrará un repunte de 21,5%, tras una contracción de 37,7%, habrá que esperar hasta fines de 2021 para recuperar el ritmo de crecimiento previo a la crisis.
Asimismo, en una presentación en el Capitolio, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, advirtió sobre “daños permanente” a la actividad, en la medida que se extienden los confinamientos para contener la pandemia.
Inquietud entre emergentes
En Chile ya se acusó recibo del empeoramiento del análisis del Fondo. Este martes en el marco del seminario “Impacto de COVID-19 en América Latina”, organizado por el Banco Mundial y la Universidad Adolfo Ibáñez, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, reconoció que el organismo está revisando a la bajas sus proyecciones para América Latina, que hasta ahora figuran con una contracción de 5,2% en 2020 y un repunte de 3,4% en 2021.
“Aun cuando este es un shock transitorio, es importante reconocer que esto va tener efectos permanentes severos”, indicó en el marco de una conferencia el Banco Mundial, sostuvo el jefe de las finanzas nacionales.
Del mismo seminario web participó uno de sus antecesores, Andrés Velasco, quien también advirtió sobre las complejidades futuras. “La recuperación será muy, muy lenta, porque hoy no podemos salir y comprar cosas, pero cuando en dos meses, tres meses o seis meses se nos permita salir a comprar y demandemos cosas; debido a las restricciones de liquidez, debido a la incapacidad para pagar cuentas, pagar a trabajadores, pagar deudas...muchas firmas estarán con bajo suministro, la productividad bajará”, sostuvo.
En ese marco, Guillermo Calvo, economista de la Universidad de Columbia, quien centró su presentación en temas de liquidez, advirtió que a nivel regional “el acceso al crédito internacional puede no ser la bala de plata”, dado que no descarta que “el sector privado sufra una grave escasez de crédito”.