Aurelio Montes: “En un par de años deberíamos tener esto como un mal recuerdo y estar otra vez en una seudonormalidad”

Montes

El presidente de Viña Montes y líder de Vinos de Chile asegura que la industria ha reaccionado bastante mejor a la crisis que lo proyectado inicialmente. Ve la recuperación hacia 2022, aunque mira con inquietud el lento avance del Hemisferio Norte y también el despertar que tenga Chile pospandemia, advirtiendo que “si nos ponen impuestos que son totalmente letales, van a matar a la empresa privada”. En ese contexto, valora el nuevo gabinete -porque el país necesita “un poco más de orden”-, defiende la opción del “rechazo” en el plebiscito, y afirma que no dejará su viña, aunque su hijo tome las riendas.


En su fundo ubicado en las cercanías de Curicó está pasando la pandemia Aurelio Montes. El presidente de Viña Montes dice que el lugar hoy le agrada más y le es más operativo, pues está cerca de las parras y bodegas donde opera la viña que hace unos días fue distinguida como la cuarta mejor del mundo, según el World’s Best Vineyards Awards. Pero pese a la distinción que da el paisaje, el también presidente de Vinos de Chile señala que en todos sus años de trayectoria - “que son muchos”, dice-, nunca “soñé siquiera vivir lo que estamos viviendo. Ni siquiera en la crisis subprime o las otras crisis que hemos vivido. Ellas no llegaron a ser tan profundas ni tan extensas en el tiempo como esta”, reflexiona.

El empresario hace un análisis de la coyuntura no solo económica, sino también política del país luego de varias semanas complejas para el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, y espera que con el nuevo gabinete se logre recuperar la confianza y terminar bien, “cosa de dejar el poder para el siguiente gobierno con un país más ordenado y no el desastre que tenemos hoy día”. Y defiende además la opción “rechazo” en el plebiscito, pensando en lo que se espera para octubre próximo. “Creo que es legítimo decir que estamos dispuestos a sentarnos a corregir todo lo que sea corregible, pero no botemos al tacho de la basura lo que hay y que ya tuvo fuertes reparaciones en el gobierno de Ricardo Lagos”, manifiesta.

¿Viña Montes ha logrado mantener el ritmo en esta pandemia?

-Lo que pasa es que, en el caso de Viña Montes, nosotros dependemos mucho más de la salud internacional que de la nacional. El 95% de la producción se exporta, por lo tanto, nos afecta más qué le pasa a China, a Europa o a Estados Unidos, y ciertamente esta pandemia nos ha afectado. Hoy no estamos con un ritmo 100% normal, pero hemos tenido la suerte de no tener que acudir ni a despidos ni a excepciones de trabajo temporales. No hemos hecho rebaja de remuneraciones en ningún lugar de la empresa y hemos logrado, con un gran esfuerzo, mantener la normalidad. Es que ciertamente estamos vendiendo menos, estamos teniendo menores ingresos y tenemos que mantener la austeridad para poder pasar por este túnel.

A inicios del coronavirus se hablaba que la industria tendría una caída del 25% en sus exportaciones. ¿Esa estimación se mantiene?

-No. Lo que está pasando es que nos está yendo bastante mejor de lo que pensábamos. Al mes de junio llevamos del orden del 10% de caída en volumen, que es bastante “barato” diría yo, dada la magnitud de la crisis, pero estamos en un 18% por debajo en valor. Eso significa que las viñas están vendiendo relativamente bien en volumen, pero sacrificando precios. El precio promedio de Chile, que antes estaba más cerca de los US$ 30, ahora está más cerca de los US$ 27 como promedio. Por eso, yo diría que en este minuto estamos navegando y que no nos hemos hundido. El bote está sorteando esta tormenta.

¿Cuánto rato más pueden “navegar”?

-Hoy estamos flotando, pero le tenemos mucho miedo a una segunda ola en el Hemisferio Norte. La gran esperanza era que, pasado el invierno viniera la normalidad y con eso ya dábamos la peor ola como superada. Sin embargo, no está tan así. El Hemisferio Norte no se ha recuperado totalmente, hay nuevos cierres de algunas ciudades. El retorno a la normalidad no ha sido a la velocidad que pensábamos. Por eso hemos tenido que desarrollar mucha imaginación para poder flotar con todo lo que es la venta online. Los supermercados han estado bien, que es una fuente de venta muy importante, y con eso hemos suplido una parte de la caída que viene de los restaurantes, hoteles y turismo. Yo hablaba de un 25% de caída y no hemos llegado a ese nivel, y ya se nos acerca la primavera acá en Chile. Además, va a mejorar un poco la situación en Chile, esperamos la vacuna y que en algún minuto aparezca la solución, por lo tanto, probablemente lleguemos a un 15% de caída, lo que sería una buena noticia dentro de lo malo.

¿Pero igual esa sería una caída histórica?

-Creo que a nivel nacional, sí. Tengo hartos años de trayectoria y nunca soñé siquiera vivir lo que estamos viviendo ahora. Ni siquiera en la crisis subprime o las otras crisis que hemos vivido. Ellas no llegaron a ser tan profundas ni tan extensas en el tiempo como esta. Estamos con un enemigo que no vemos. Este virus es muy traicionero. Ataca indistintamente a cualquier país, raza, color y religión, y no lo hemos logrado controlar. Por eso todas las proyecciones son muy inciertas. Estamos jugando a adivinar qué es lo que se nos viene.

¿Y qué se nos viene?

-Jugando a ser adivino, si caemos un 15% creo que sería muy bueno recuperar la mitad de esa caída el año 2021. Es decir, si tenemos un crecimiento de un 7% respecto de cómo terminemos el 2020, sería recuperar la mitad de la caída y ya el año 2022, donde esperamos que ya haya una vacuna bastante fácil de obtener en el mundo, volvamos a una normalidad. Creo que en un par de años deberíamos tener esto como un mal recuerdo y estar otra vez en una seudo normalidad.

¿Podría haber un impacto en esa proyección si la situación política y económica de Chile se sigue agudizando?

-Sin duda que estamos muy preocupados. Estamos con la angustia que todos tenemos en relación a que una vez que se supere la pandemia, se nos viene este estallido social que está en este minuto en fase de congelación, pero no está muerto. Va a ser muy importante el buen manejo del gobierno para minimizar ese problema y salir rápido al rescate de los problemas sociales que hemos descubierto con este rebrote social que ha sido muy potente y no lo podemos desconocer.

Aumento de impuestos

¿Hay temor que luego de lo sucedido con el 10% de las AFP el tributo al patrimonio y a los ‘super ricos’ salga rápido también?

-Sin duda. Todas estas cosas nos tienen a todos en un plan de observación. Ya no solamente se habla del retiro del 10% de la AFP, sino de la confiscación de todos los fondos previsionales, una especie de corralito, entonces eso sería horroroso. Los impuestos claro que nos preocupan, pero en la medida que sean sobrellevables, el empresariado va a tener que entregarlos. Ahora, si nos ponen impuestos que son totalmente letales, van a matar a la empresa privada. Y en cuanto al impuesto a los más ricos, eso va a afectar al patrimonio de los más ricos y es duro, porque si todos los años le sacan un 2% o un 2,5% de su patrimonio, en 20 años le han sacado la mitad de lo que ha logrado formar en toda una vida. Así que estamos observando con preocupación y preparándonos para un escenario un poco más hostil de aquí en adelante.

¿El desorden del mismo gobierno les generó también una preocupación?

-Nos ha vuelto un pelito el alma al cuerpo con el cambio de gabinete. Fue positivo y se tiende a reunificar la centroderecha en un grupo un poco más homogéneo, ya que estaba totalmente disparado y atomizado. Se le llama un gabinete de mayor energía y más duro, yo creo que es lo que necesita Chile, un poco más de orden. Ojalá que eso sea así y que el gobierno pueda recuperar la confianza, y terminar su período con una aprobación mayor -considerando que hoy está por los suelos-, cosa de dejar el poder para el siguiente gobierno con un país más ordenado y no el desastre que tenemos hoy día con la violencia, anarquía, con falta de respeto y con una Araucanía en llamas.

También es un nuevo gabinete que está más por el “rechazo” en el plebiscito. ¿Ese factor lo ve como una señal para el proceso que viene en octubre?

-Este es un gabinete de rechazo, sin duda. A estas alturas es difícil opinar. En el tema del “rechazo” y del “apruebo”, creo que hay matices que no se han tomado en cuenta, incluso por gente de izquierda. El propio Ricardo Lagos, que es un estadista muy respetado, ha dicho que no hay una necesidad imperiosa de un cambio de Constitución. Probablemente hay una necesidad imperiosa de una reparación, de corregir lo que existe, pero botar a la basura lo que hay y partir todo de cero, creo que es un poco extremo. Por lo tanto, creo que la opción “rechazo” es una opción válida. Es legítimo decir que estamos dispuestos a sentarnos a corregir todo lo que sea corregible, pero no botemos al tacho de la basura lo que hay y que ya tuvo fuertes reparaciones en el gobierno de Ricardo Lagos.

¿Y pospandemia, será el momento de la sucesión en Viña Montes?

-Si me sientas en el living de mi casa yo me muero en dos semanas. No me van a lograr sentar. Yo creo que me voy a quedar, independientemente de que Aurelio (hijo) tome las riendas. Yo siempre voy a estar a la cabeza de la empresa, dando la cara en el mercado internacional y probablemente me corresponda seguir promocionando nuestros vinos cuando se pueda viajar, e ir visitando a nuestros clientes en un plan de conexión socioamistosa. No voy a estar en el día a día, ni en el detalle de la empresa, eso lo va a tomar Aurelio.

Hay una canción muy buena, que se la hicieron a Clint Eastwood hace poco, que se llama “Nunca dejes entrar al viejo a tu casa”. En inglés se llama “Don’t let the old man in”, me marcó mucho y ese es mi consejo a todas las personas que están en etapa de retiro: manténganse juveniles, hagan deporte y hagan un negocito.

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