Los trabajadores de mayor edad serían los más afectados con la inevitable tendencia de automatización, advirtió un informe de Mercer.
En particular para las personas de 50 a 64 años en Chile, que de acuerdo con el estudio, el país aparece como uno de los países más vulnerables. Chile anota un riesgo de 63% de que los trabajadores de ese rango de edad sean reemplazados por el avance tecnológico. La minería y el retail son sectores que tienen más implementado estos sistemas.
La tendencia hacia la automatización viene ocurriendo desde hace ya bastante tiempo y es irreversible. Sin embargo, en Chile parece haber una aceleración de este fenómeno a partir de los cambios al Código del Trabajo efectuados durante la administración de Michelle Bachelet. Por ejemplo, las empresas han manifestado que sus inversiones están pensadas, en un monto no menor, para sustituir trabajadores por maquinarias.
Fue un error pretender, a través de la legislación, dar un mayor poder a los sindicatos, ya que en la práctica subieron los costos laborales para las empresas. Si el objetivo era mejorar las condiciones laborales, no se estaría logrando. Incluso, hay economistas que estiman que se produce una mayor desigualdad con este tipo de medidas, dado que habrá sólo alguos trabajadores que tendrán mayores beneficios.
Con todo, el avance y aplicación de la tecnología en los distintos procesos productivos es algo deseable, pues a nivel agregado, eleva la eficiencia de la economía, al tiempo que crea nuevas oportunidades de trabajo, aunque no será de inmediato.
La problemática es que no se está haciendo lo suficiente desde las políticas públicas, mientras que desde el mundo sindical no se aprecia que hayan comprendido a cabalidad esta tendencia.
El foco de la autoridad y sindicatos, entonces, debe ser la puesta al día de los trabajadores menos capacitados.