El mercado laboral es una de las variables más afectadas por la fuerte caída que tendrá la actividad en 2020. En su Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central analiza el complejo cuadro que tendrá.

En su análisis menciona que los datos de la encuesta del INE muestran que más del 95% de quienes perdieron su empleo en el último trimestre móvil, pasaron a la inactividad. “Esto significa que son personas que pese a estar sin empleo, y querer uno, no lo están buscando. ¿Qué podría explicar este comportamiento? Una razón plausible es que el conjunto de acciones sanitarias —voluntarias e involuntarias— impide que las personas puedan desarrollar labores remuneradas”. En ese sentido afirma que “factores como las cuarentenas y el cierre de los colegios, podría apoyar esta hipótesis”.

Otra razón plausible es el desaliento. En este punto afirma que “el proceso de búsqueda de un trabajo podría detenerse por un tiempo, no solo porque implica costos, sino también porque podría existir la percepción de que no hay suficientes ofertas laborales disponibles. De hecho, el Índice de Vacantes Laborales en Internet que produce el Banco muestra una caída de 65% anual en mayo”.

En el informe sostienen que “la operación de la Ley de Proyección al Empleo se refleja claramente en el aumento de los ocupados ausentes y la reducción del número de horas trabajadas que muestra la Encuesta de Empleo del INE”.

Según el Banco Central, los datos a abril señalan que la categoría de ocupados ausentes —personas que tienen un empleo, pero no lo están desarrollando en este momento—ha tenido un alza considerable respecto del mismo período del año pasado, llegando a 14% del total de ocupados (5pp más que hace un año). El aumento de los ocupados ausentes también ha impacto el número de horas efectivas trabajadas, que ha bajado a cerca de 35, equivalente a una caída anual de 8,4%.

De acuerdo al reporte, dice que algunos indicadores complementarios del mercado laboral dan cuenta de un deterioro mayor al que muestra la tasa de desocupación, coherente con el conjunto de antecedentes que se han descrito. En particular, señala que “en el trimestre móvil finalizado en abril, la tasa de subutilización —que considera la fuerza de trabajo potencial— aumentó casi 10pp respecto del mismo periodo del año previo. Esto se explica por el hecho de que la mayor parte de las personas que recientemente perdieron sus ocupaciones, abandonaron la fuerza de trabajo, ya que en su mayoría no se encuentran buscando trabajo en la actualidad. En la práctica, esto significa que —todo lo demás constante— si todos estos inactivos ingresaran a la fuerza de trabajo de una vez, la tasa de desocupación podría aumentar en cifras de ese orden. Por supuesto, ajustes de ese tipo son hipotéticos, pero estos valores dan una mejor calibración del estado del mercado laboral”.

Perspectivas:

Por el momento, el BC señala que “en el escenario central se asume que, en la medida que los contagios disminuyan y se logre reactivar la economía, debería producirse una recuperación importante, aunque incompleta de los ingresos. Por un lado, ello se apoyaría en una recuperación rápida de los empleos por cuenta propia, por otro, en que los trabajadores bajo la LPE tendrían una reincorporación más rápida a sus empleos, subiendo sus ingresos una vez que la pandemia sea controlada.

Se acota que “los empleos en obras suspendidas, lo mismo que los empleos e ingresos variables en comercio, que deberían recuperarse junto con el levantamiento del confinamiento. En el intertanto, el Plan de Emergencia acordado entre el gobierno y parlamentarios extenderá significativamente las transferencias compensatorias a los hogares, elevando su cobertura, monto y duración”.

No obstante, advierte que “el desempleo podría permanecer elevado por largo tiempo en la medida que el ajuste de la economía implique una reasignación relevante de puestos de trabajo entre empresas y sectores, lo que además tendría efectos persistentes en los ingresos, en la medida que se requiera reconversión de capital humano”.