La economía ha sorprendido este año. El crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) ha mostrado una fuerte aceleración debido a los mayores estímulos y la liquidez presente. Todo esto llevó a que el Banco Central subiera nuevamente su proyección de crecimiento para este año.
De acuerdo al Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre, el BC estima que la economía crecerá entre 11,5% y 12,0% este año, rango que se ubica por sobre lo estimado en septiembre pasado (entre 10,5 y 11,5%), reflejo del mayor dinamismo del gasto, con ajustes importantes al alza en el consumo privado y la inversión en maquinaria y equipos.
El mayor gasto interno ha llevado que el crecimiento del PIB chileno esté dentro de los más altos del mundo, pero al mismo tiempo significa que la economía está operando muy por sobre su capacidad de corto plazo, exacerbando las presiones de costos y precios, dice el instituto emisor.
En ese sentido, el Central sostiene que el consumo privado ha continuado siendo el componente más dinámico del gasto, al crecer 27,5% anual en el tercer trimestre. Por el lado de la oferta, esto se ha reflejado en la continua expansión del sector comercio y la aceleración de los servicios.
De este modo, se espera que 2021 el consumo total cierre con un alza de 19,2% (16,2% en septiembre) impulsado por el consumo privado con un alza de 19,2% (18,1% en septiembre).
El BC explica que un reflejo inequívoco del exceso de demanda interna “es el mayor déficit que registra la cuenta corriente” a pesar de un precio del cobre elevado y la significativa depreciación del peso. De hecho, para este año subió su previsión desde US$4,15 la libra proyectada en septiembre a US$4,25 ahora en diciembre. Para el próximo año el ajuste fue de US$4 la libra a US$4,05.
En cuanto a la inversión, el central dice que se siguió recuperándose en el tercer trimestre, con un dinamismo importante en todas sus líneas. “El componente de maquinaria y equipos mantuvo un crecimiento elevado, especialmente la de uso industrial y vehículos de carga”. Mientras que en la construcción y otras obras ha sido clave la reactivación de proyectos de edificación y de obras de ingeniería relacionadas con la minería. De hecho, según el catastro de la CBC del tercer trimestre, la inversión del 2021 está entre las más altas de los últimos cinco años. Para este año tiene una proyección de 17,6% frente al 15,9% esperado en septiembre.
Perspectivas
No obstante, pese a esta aceleración prevista para 2021, las previsiones para 2022 y 2023, no son auspiciosas, ya que se espera una fuerte desaceleración. Así, para 2022 y 2023, se proyecta que la economía crecerá entre 1,5% y 2,5%, y entre 0,0% y 1,0%, respectivamente.
Al respecto, advierte que, aunque en esta trayectoria es posible que se registren tasas de expansión negativas en algunos trimestres, el nivel de actividad que alcanzará la economía al final del período de proyección será similar al que se preveía en los Informes de junio y septiembre de este año. “Las tasas de expansión anual de la economía tendrán una importante reducción, contribuyendo a resolver los desequilibrios que se han acumulado en los últimos trimestres”.
En el detalle sostiene que la elevada base de comparación, la extinción de las transferencias fiscales directas, la utilización de la liquidez acumulada en los últimos trimestres, la mayor estrechez de las condiciones financieras y la acción de la política monetaria, llevará a una contracción del consumo privado en los próximos dos años.
En el escenario central, prevé que el consumo caerá 0,2% el 2022 y 1,5% el 2023, explicado por una reducción sustancial del consumo de bienes durables luego de su fuerte acumulación durante el 2021.
En cuanto a la inversión, el BC indicó que la formación bruta de capital fijo también tendrá un débil desempeño en los dos años venideros, comportamiento en el que juegan un rol fundamental las condiciones financieras más estrechas derivadas de los cambios estructurales que se han producido en el mercado de capitales local, lo mismo que la persistencia de una mayor incertidumbre.
Así, el escenario central supone que la inversión se reducirá 2,2% en el 2022, para luego aumentar marginalmente en el 2023. En estas proyecciones, la inversión pública y el arrastre de grandes proyectos no alcanzará a compensar el impacto de la incertidumbre local.
Inflación
La inflación rápidamente se transformó en un problema. La mayor liquidez presente en la economía sumado a los factores externos como el precio del petróleo hicieron que los IPC alcanzaran niveles no visto en 13 años.
Y todo indica que esto se mantendrá durante buena parte de 2022 e incluso hacia 2023. Así lo describe al menos el Banco Central en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre.
En el escenario central, la inflación anual subirá hasta 6,9% en diciembre del 2021 y permanecerá en torno a 7% en la primera mitad del 2022. En lo que respecta a la inflación subyacente —sin volátiles—, se espera que los procesos de indexación habituales durante los primeros meses del año —como en educación y salud—, llevarán a que aumente a valores algo sobre 6% en el segundo trimestre del 2022.
Así, a partir de la segunda mitad del 2022, la inflación comenzará a descender para situarse en 3,7% en diciembre del próximo año (3,5% era la estimación anterior). Ya hacia 2023, el BC logrará nuevamente alinear la inflación al centro de su meta de 3%.
¿Pero qué hace pensar al BC una reducción fuerte de la inflación en el segundo semestre? Mario Marcel, presidente del ente rector, explicó que el aumento de la tasa de interés por sobre su nivel neutral también es un factor determinante en el descenso previsto para la inflación. Esto, en un contexto en que se estima que las presiones de costos internos y externos se irán moderando, reduciendo su influencia sobre la dinámica de los precios.
¿Y la tasa de interés?
El Consejo elevó la TPM en 250 puntos base entre sus reuniones de octubre y diciembre, llevándola hasta 4,0%, con lo que la ha ubicado por sobre lo previsto en el escenario central del IPoM de septiembre. “El ajuste más rápido de la política monetaria responde a la intensificación de las presiones inflacionarias, en un contexto que la variación anual del IPC ya se acerca a 7%. Esto, principalmente, por el elevado dinamismo de la demanda interna, que ha llevado a que la brecha de actividad, después de cerrarse rápidamente hacia mediados de año, se ubique en niveles mucho más positivos que lo esperado en la segunda mitad de este y principios del próximo”, menciona el IPoM.
El Informe supone que la política fiscal se ejecutará de acuerdo con el presupuesto aprobado para 2022 y la trayectoria de convergencia allí delineada. Esto implica una caída significativa del gasto, derivada del término de los programas masivos de transferencias motivados por la emergencia sanitaria. Con ello, se producirá una reducción importante del déficit fiscal efectivo y estructural para el próximo año.
En el escenario central, el Consejo estima que, para asegurar la convergencia de la inflación a la meta, la tasa de política monetaria (TPM) seguirá aumentando en el corto plazo, ubicándose por sobre su valor neutral nominal. Así, de acuerdo al corredor de política monetaria, la tasa de interés se ubicará entre 5% y 6,5% a mediados del próximo año.
En su informe se presenta también escenarios de riesgos. Uno de ellos es que la persistencia de la incertidumbre que ha afectado a la economía chilena en los últimos trimestres provoque un efecto más negativo que el anticipado en el consumo y la inversión. En esta situación, dice el BC, las presiones inflacionarias de mediano plazo se reducirían, llevando a una política monetaria que retornaría más rápido a niveles en torno a la neutral. Este escenario marca el límite inferior del corredor de TPM.
De acuerdo con el Informe, a nivel local, el principal riesgo sigue siendo que la evolución de las finanzas públicas no sea clara sobre su estabilización en el largo plazo. En una situación como esta, se observarían mayores presiones de gasto que las previstas en el escenario central, junto con un deterioro más significativo del mercado financiero local y del valor del peso.
Qué dice el mercado
Los economistas en general suscriben las proyecciones de crecimiento para los próximos años, aunque todo condicionado el escenario político. Donde también existe coincidencia es en la trayectoria de la política monetaria, la cual debería estacionarse en línea con lo previsto por el ente rector. Ahora donde sí existe discrepancia es en la proyección para la inflación. La mayoría de los consultados espera que finalice 2022 por sobre 4%.
Ricardo Consiglio, economista Jefe de Zurich AGF estima que la TPM llegaría a 5,5% entre el primer trimestre y segundo trimestre de 2022. Mientras que para la inflación espera que se sitúe por sobre 4% en diciembre 2022.
Pavel Castillo, gerente de Estudios de Corpa añade que la TPM en 2022 “probablemente se ubique entre 5-6%, siempre y cuando no tengamos nuevas inyecciones masivas de liquidez al sistema”. Para la inflación, dice que pese a las medidas contractivas del BC es probable que la alta inflación persista durante el primer trimestre del próximo año y luego comience a retomar paulatinamente valores alineados con la meta. Probablemente el próximo año la inflación esté sobre la meta, cercano a un 4,2%”. Por su parte, Alejandro Alarcón, académico de la Universidad de Chile acota que la tasa de interés debería estacionarse en 6% y la inflación en 4,5%.
Una mirada distinta entregó Alejandro Puente, académico de la Universidad Santo Tomás, quien dice que las estimaciones de crecimiento para 2022 es optimista la proyección. “Pese a que tendremos un primer trimestre con un crecimiento importante, en el segundo, tercero y cuarto trimestre tendremos contracciones. Por ello, mi proyección está entre 0% y 1%”.
Andrés Pérez, economista jefe de Itaú subraya que “la economía enfrentará un escenario desafiante el próximo año, con un impulso externo aún favorable, pero menor en el margen, política monetaria ya en niveles contractivos, y una política fiscal siguiendo un necesario proceso de consolidación fiscal. En este contexto, proyectamos un crecimiento de 1,8% en 2022, con una recesión técnica implícita en ciertos trimestres. Tal como veníamos anticipando hace un par de meses, la inversión se contraerá en 2022″.