Banco Central consideró la opción de ser menos agresivo en su primer recorte de la tasa de interés en julio
Las minutas del último encuentro de política monetaria muestran que hubo acuerdo en que la magnitud del primer movimiento, en el que el instituto emisor redujo la TPM en 100 puntos base, no imponía ninguna condición sobre los movimientos siguientes, los que podían ser menores.
En su última reunión de política monetaria, en la que el Banco Central inició su proceso de reducción en la tasa de interés, aplicando por unanimidad un recorte de 100 puntos a la Tasa de Política Monetaria (TPM), dejándola en 10,25%, el consejo del instituto emisor consideró la posibilidad de ser menos agresivo y bajarla en 75 puntos.
“El consejo recordó que el escenario central del Ipom de junio consideraba que para esta reunión ya se estaría en condiciones de comenzar a discutir la reducción de la TPM. La actividad y demanda no mostraban diferencias relevantes respecto de lo proyectado, pero la inflación se reducía algo más rápido. Por ello, el consejo consideró que era razonable pensar que la TPM tendría una trayectoria algo más baja que la estimada en el escenario central de junio”, señalan las minutas del encuentro finalizado el 28 de julio.
Para fines de año, precisan, ese nuevo nivel podía ser coherente con lo que indicaban las encuestas disponibles al momento de la reunión, que a diciembre situaban la TPM entre 7,75% y 8%.
“Tomando como referencia el mencionado punto de llegada, el consejo consideró plausibles opciones de reducción de la TPM de 75 o 100 puntos base”, agregan las minutas.
Asimismo, el documento señala que “se indicó que, dependiendo de la información acumulada, en las próximas reuniones podrían darse movimientos en torno a estas magnitudes, teniendo presente que se requería un ajuste total de entre 325 y 350 puntos base hasta fines de año. Además, hubo acuerdo en que la magnitud del primer movimiento no imponía ninguna condición sobre los movimientos siguientes, los que podían ser menores”.
Temas tácticos
Añade que las consideraciones para decidir entre estas opciones, por lo tanto, tenían más que ver con elementos tácticos y el balance relativo de riesgos de la convergencia inflacionaria dados los nuevos antecedentes.
Respecto de los temas tácticos, hubo acuerdo en que la opción de 75 puntos base sería menos sorpresiva, pues correspondía a la mediana de las expectativas de mercado.
Sin embargo, todos los consejeros destacaron que un porcentaje relevante de las expectativas de mercado consideraba la opción de 100 puntos base, lo que aminoraba su condición de sorpresiva.
Algunos consejeros expresaron su preocupación por el impacto que una decisión de bajar la en 100 puntos base pudiera tener sobre las expectativas de mercado. En particular, porque si se consideraba una decisión dovish, podían producirse caídas adicionales de las tasas de corto plazo y una mayor depreciación del peso.
Todos los consejeros concordaron en que este riesgo podría mitigarse con una comunicación que establecería claramente que la TPM seguía dentro del corredor considerado en junio, con un nivel de llegada coherente con el que mostraban las encuestas para fines de año.
Riesgos
Respecto de los riesgos para la inflación, todos los consejeros coincidieron en que, en su generalidad, la evolución del escenario macroeconómico apuntaba hacia un rebalanceo de estos. Varios consejeros indicaron que el conjunto de antecedentes disponibles señalaba menores presiones inflacionarias, incluyendo la evolución de la actividad y la inflación.
Se sumaba que las expectativas de mercado mostraban ajustes a la baja en el corto plazo, al mismo tiempo que permanecían en la meta de 3% a dos años plazo. Un consejero destacó que, si bien, los escenarios más extremos de rebrotes inflacionarios se habían hecho menos probables, a su juicio, continuaba siendo un riesgo relevante los efectos que un período prolongado de alta inflación y de expectativas a dos años por sobre la meta pudieran haber tenido sobre la dinámica de formación de precios y de expectativas.
Todos los consejeros destacaron que, si bien la inflación estaba bajando, todavía seguía en niveles muy altos, y que las expectativas de inflación habían vuelto a la meta de 3% hace poco tiempo, después de varios meses desalineadas.
Por lo mismo, todavía era muy temprano para pensar que el problema inflacionario se había resuelto y el Banco Central debía seguir muy atento a los desarrollos del escenario macroeconómico.
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